El transporte público es una de las necesidades más sentidas. Los habitantes aseguran que la falta de rutas hacia su sector los obliga a caminar largas distancias para poder acceder al servicio, exponiéndose a riesgos y retrasos diarios. Estudiantes, trabajadores y adultos mayores son los más afectados, pues deben asumir costos adicionales en transporte informal, sin garantías de seguridad.
“Nos sentimos excluidos del sistema de movilidad de la ciudad. No pedimos lujos, pedimos lo básico: buses que lleguen al barrio”, señaló Esmeralda Castellanos, al recordar que este problema lleva años sin resolverse, pese a los múltiples llamados a la Alcaldía y a la Secretaría de Movilidad.
Inseguridad en aumento
A la par, los vecinos advierten que el barrio vive un deterioro progresivo en materia de seguridad. Robos callejeros, consumo de sustancias y presencia de actores delincuenciales son parte del panorama cotidiano que denuncian los residentes. La comunidad exige mayor presencia de la Policía Metropolitana y acciones preventivas que garanticen la convivencia.
“No podemos seguir esperando a que la situación se agrave. Necesitamos patrullajes constantes, cámaras de seguridad y programas sociales que alejen a los jóvenes de la delincuencia”, manifestó Castellanos.
Reclamo
La presidenta de la JAC y la comunidad cuestionan el silencio oficial frente a estas problemáticas. Aseguran que mientras las autoridades se concentran en megaproyectos y anuncios mediáticos, barrios como Santa Inés siguen en el abandono. La falta de transporte público y la inseguridad no son asuntos menores: comprometen la movilidad, la economía familiar y la vida misma de los ciudadanos.
Con pancartas y reuniones comunitarias, los habitantes preparan nuevas acciones para presionar a la administración municipal a escuchar sus reclamos. El mensaje es claro: Santa Inés no pide favores, exige derechos que por años le han sido negados.




