Impactante. La guerra entre Ucrania y Rusia cumple más de 40 días mientras el resto del mundo hace grandes esfuerzos para poner fin a este conflicto que ha dejado casi 1.500 los civiles muertos y más de 2.000 los heridos desde el pasado 24 de febrero cuando comenzó todo el caos.
Las imágenes de cadáveres tirados en las calles de Bucha y con sus manos atadas, no es el único escenario trágico que ha tenido que vivir los habitantes de este país luego de su salida de las grandes ciudades que fueron ocupados por las tropas rusas.
El testimonio de Elena, así la llaman a una mujer ucraniana y quien es esposa de un militar, sufrió en carne propia la crueldad de la guerra luego que fuera violada por unas tropas rusas.
Ella logró huir a Zaporiyia y desde allí le contó a los medios de comunicación lo que fue su pesadilla. Helena aseguró que todo comenzó cuando ella estaba haciendo fila en una tienda para comprar alimento y en ese momento entraron unos soldados rusos quienes empezaron a conversar con algunas de las personas que estaban en el lugar.
Todo esto sucedió sin que ella se percatara de lo que iba a pasar y es que todo cambio de un momento a otro.
«Ella es fascista. Es por gente como ella que estalló esta guerra. Es la mujer de un militar», fue el señalamiento que hace uno de los soldados y quien la señaló que todo había comenzado por personas como ella.
Es una rubia y madre de cuatro hijos, el único pecado es que es esposa de un militar que combate desde hace dos años a los separatistas prorrusos en el Donbás, en el este de Ucrania, fue enviado al frente y Elena se quedó sola para trasladar sus pertenencias.
La mujer dijo que apenas alcanzó a llegar a casa y cuando los dos soldados rusos entraron por la puerta detrás de mí. «No tuve tiempo de tomar el teléfono para pedir ayuda ni de hacer nada», dice.
«Me empujaron sobre la cama, me colocaron una ametralladora encima y me desvistieron», así fue el desgarrador testimonio.
Luego de esta pesadilla manifestó que no ha querido hablar con nadie y menos con su esposo, como ella es una partera las heridas que le dejaron estos rusos las curó con lo que tenía pues ahora lo único que quiere es reunirse con sus hijos.
«Me doy asco. No tengo más ganas de vivir», fueron algunas de las palabras de la mujer que contó con lágrimas en sus ojos la peor cara de la guerra.
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