La senadora Esperanza Andrade no se guardó nada dejó en claro que el Partido Conservador debe jugársela con lista propia al Congreso. Para Andrade, unirse a otras colectividades sería «un error que no podemos cometer». Su afirmación cayó como piedra en el agua entre quienes soñaban con alianzas cómodas y curules aseguradas por coalición.
Con un tono firme, Andrade reconoció conversaciones con figuras como Edgar Muñoz y Sandra Hernández, dos nombres de peso del sur del Huila. Dijo que hay talento político en todo el territorio y que, si logran sumar esfuerzos y definir candidatos por regiones, el umbral de 55 mil votos no es inalcanzable.
Tensiones internas a la vista
La propuesta de Andrade no solo sacudió el ambiente conservador, también dejó ver fisuras internas. Aunque se ha mencionado al excongresista Carlos Ramiro Chávarro como opción, se supo que fue descartado por sus nuevas funciones en el Senado.
Mientras tanto, la idea de Andrade de dividir las candidaturas por regiones norte, centro, occidente y sur, parece una estrategia para evitar confrontaciones directas, pero podría despertar tensiones entre los caciques conservadores que no sueltan fácilmente sus cuotas de poder.
La senadora insiste: es hora de volver a la “fe, seguridad y firmeza” conservadora. Lo que aún no queda claro es quién liderará esa cruzada sin fracturar el partido. Hay quienes afirman que Andrade quiere asumir el protagonismo total del proceso, lo cual podría incomodar a algunos sectores. Otros consideran que es el momento de renovar los liderazgos y abrir espacio a figuras nuevas que conecten con el electorado joven y rural.




