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La dirigente ultraderechista francesa sufrió un baño de público después de ser condenada por mal uso de fondos. Involucró una elección política para suprimirla de la ruta.
Este domingo (06.04.2025), la líder ultraderechista francesa Marine Le Pen catalogó su condena por mal uso de fondos públicos como una «decisión política» y juró no abandonar la política después de un veredicto que le impide participar en elecciones. Frente a la multitud que gritaba «Marine, Marine» y sostenía banderas francesas, Le Pen describió la sentencia de primera instancia en su contra como una «caza de brujas».
«No me rendiré», proclamó la líder ultraderechista ante aproximadamente 10.000 seguidores de su partido Agrupación Nacional (RN), que llenaron la Plaza Vauban con el resplandor de la resplandeciente cúpula dorada de Los Inválidos, uno de los monumentos más representativos de la capital francesa y que acoge la tumba de Napoleón. Además, denunció «las falsedades, las calumnias y los procedimientos falsos» de los que afirma haber sido víctima.
Le Pen sostuvo que, debido a esa sentencia, los derechos civiles se encuentran amenazados en Francia y recurrió a Martin Luther King, el predicador defensor de los derechos de los afroamericanos asesinado en 1968 por un segregacionista blanco. «Nuestro enfrentamiento será pacífico, un enfrentamiento democrático.» «Consideremos a Martin Luther King como un modelo a seguir, quien ha defendido los derechos civiles, los cuales se encuentran en duda hoy en Francia», indicó.
«Ataque a la democracia”
La dirigente del RN, sentenciada por ser la principal culpable del desvío de 4,1 millones de euros del Parlamento Europeo (PE) a favor del partido, sostuvo que «ha pasado por un proceso político» y criticó «la brutalidad» de la UE y la negligencia de la Fiscalía francesa. «Debí ser eliminado de la vida política y sin alternativas de recurso», se quejó después de ser inhabilitada para aspirar a una posición pública durante cinco años, expectativa de ser reducida en una apelación que se determinará en 2026.
Jordan Bardella, su principal interlocutor, sostuvo que el propósito de la resolución judicial era «suprimirla de la carrera presidencial» de 2027. Bardella, de 29 años, subrayó que no pretendía «deslegitimar a todos los magistrados», sin embargo, la sentencia representa «un golpe directo a la democracia y una lesión para millones de patriotas franceses».
Algunos colectivos de izquierda y el partido Renaissance del presidente centrista Emmanuel Macron coordinaron protestas en respuesta. En la manifestación Renaissance en Saint-Denis, una zona laboral del norte de París, el ex primer ministro Gabriel Attal reprochó a la extrema derecha por «atentar a nuestros magistrados, atentar a nuestras instituciones».
«Quien roba, paga», afirmó en su discurso Attal, y denunció una «injerencia nunca antes vista» en los asuntos franceses, destacando el respaldo a Le Pen de personalidades como Donald Trump y Viktor Orban, primer ministro húngaro.

