
En Israel, se llevó a cabo una huelga general que afectó significativamente la actividad pública con el fin de presionar al Gobierno liderado por Benjamín Netanyahu para llegar a un acuerdo que permitiera liberar a los rehenes que siguen en poder de Hamás.
Este lunes 2 de septiembre, las oficinas de administración de muchas ciudades de Israel permanecieron cerradas, y muchos autobuses y tranvías fueron cancelados o solo circularon de manera limitada.
La Autoridad de Aeropuertos de Israel, los puertos de Haifa, Ashdod, Eliad y Hadera son algunas de las empresas de transporte que participaron en la huelga. La Compañía Eléctrica de Israel y el Servicio Postal también lo hicieron.
El aeropuerto internacional de Ben Gurion, en Tel Aviv, detuvo las salidas de vuelos durante dos horas, hasta reanudarlas de nuevo alrededor de las diez de la mañana.
Además, la Universidad Hebrea, la de Haifa, la universidad Abierta o la de Ben Gurion son algunos de los 17 centros que confirmaron su participación, como también hicieron seis de los bancos principales del país.
Los hospitales sólo funcionaban parcialmente. Las asociaciones de empresarios apoyaron la huelga y permitieron que sus empleados se unieran a ella.




