La tierra no ha dejado de moverse en el oriente de Cundinamarca. Desde la mañana del domingo 8 de junio, cuando un sismo de magnitud 6,5 con epicentro en Paratebueno estremeció a buena parte del país, el Servicio Geológico Colombiano ha reportado más de 250 réplicas en esta zona.
Los municipios de Paratebueno y Medina han sido los más afectados por la actividad sísmica. Según el gobernador Jorge Emilio Rey, al menos 350 viviendas presentan daños graves —250 en Paratebueno y 100 en Medina—, y se estima que más del 80 % de estas deberán ser demolidas.
Además, 17 escuelas colapsaron, dejando a cientos de estudiantes sin clases, y cerca de 1.700 personas requieren atención en albergues temporales. La emergencia también provocó la suspensión total de agua y energía en varios sectores.
El movimiento telúrico fue superficial, con una profundidad estimada de 10 kilómetros, lo que explica su alta intensidad. El temblor se sintió en Bogotá, Meta, Antioquia, Boyacá y otras regiones del país.
Autoridades locales, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y organismos de socorro continúan desplegados en terreno, mientras el mapa de sismos no deja de actualizarse: la tierra sigue temblando.




