El exnarcotraficante Fabio Ochoa Vásquez, exintegrante del temido Cartel de Medellín, regresó a Colombia este lunes 23 de diciembre después de cumplir más de dos décadas de condena en una prisión de Estados Unidos. Su llegada ha generado polémica y expectativa en el país. “No estoy arrepentido”: Fabio Ochoa habla de “paz total”.
Un regreso que marca historia, “No estoy arrepentido”: Fabio Ochoa habla de “paz total”
Ochoa arribó al aeropuerto El Dorado de Bogotá en un vuelo de deportados, donde fue recibido por su familia y sometido a verificaciones de antecedentes. Las autoridades confirmaron que no enfrenta procesos judiciales activos en Colombia, lo que le permite reintegrarse a la sociedad como un hombre libre.
En sus primeras declaraciones, Ochoa se refirió a la política de “paz total” del presidente Gustavo Petro, afirmando que no ha considerado participar en ella. “Yo soy un tipo de paz, pero no he pensado en eso”, declaró. Además, insistió en su inocencia respecto a los cargos que lo llevaron a la cárcel, calificándolos como un “montaje”.
“No hice nada, me lo montaron”
En una rueda de prensa improvisada, Fabio Ochoa reiteró que no se arrepiente de sus acciones y defendió su inocencia. “No hice nada, por este caso no soy culpable, me lo montaron. Yo en el pasado me sometí a la justicia y confesé mis delitos. Un engaño creado”, afirmó.
El excapo también expresó su intención de disfrutar su libertad en Medellín junto a su familia, tras reencontrarse emotivamente con una de sus hijas, a quien no veía desde hace varios años.
Un legado de controversia, “No estoy arrepentido”: Fabio Ochoa habla de “paz total”
Fabio Ochoa fue extraditado a Estados Unidos en 2001, acusado de traficar hasta 30 toneladas de cocaína mensuales y de estar vinculado al asesinato del piloto e informante de la DEA Barry Seal. Gracias a su buen comportamiento en prisión, obtuvo una rebaja del 15% en su condena, que inicialmente era de 30 años.
Durante su tiempo en la cárcel, Ochoa se dedicó a estudiar y desarrolló un dispositivo para generar energías limpias. Ahora, con 67 años, regresa a un país que enfrenta nuevos desafíos en la lucha contra el crimen organizado.
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Las víctimas exigen verdad
El retorno de Ochoa también ha reavivado las demandas de las víctimas del Cartel de Medellín. Familiares de magistrados asesinados durante la época de mayor auge del narcotráfico han pedido que estos crímenes sean declarados de lesa humanidad. Ricardo Medina, hijo de uno de los magistrados asesinados, declaró: “Esta llegada nos permitirá buscar la verdad sobre estos crímenes y su declaratoria como lesa humanidad”.

Carlos Mario Zuluaga, hijo de otro magistrado víctima del cartel, enfatizó la importancia de conocer la verdad para evitar que la historia se repita. Aunque es escéptico sobre nuevas condenas, destacó el valor simbólico de un eventual compromiso de Ochoa con la verdad.




