Llega el cierre del año y, con él, una sensación colectiva de prisa. Las vitrinas cambian, las luces comienzan a brillar antes de noviembre y las nuevas colecciones anuncian que el calendario entra en su recta final. Todo parece acelerarse. Sin embargo, desde Revista Impulso queremos invitar a detenernos un instante, mirar alrededor y descubrir que, mientras el mundo se prepara para vender más, en Nariño seguimos creando, soñando y demostrando que el talento local tiene la fuerza para transformar realidades.
Aquí, en nuestra tierra, se gestan ejemplos que merecen ser contados: tres ingenieros nariñenses que creyeron en la transición energética y hoy lideran Evolti, una de las plantas de energía alternativa más grandes del suroccidente colombiano. En Tumaco, una empresa elabora los mejores chocolates del mundo, con el sabor y la identidad del Pacífico. En Pasto, Calzado Guzmán mantiene viva la tradición de fabricar a la medida, un arte casi extinto que rescata el valor del trabajo familiar.
También surgen propuestas que sanan y transforman. En Kairos, jóvenes emprendedores han creado un espacio diferente para la recuperación de personas con problemas de adicción, basado en la espiritualidad y el acompañamiento humano. Una psicóloga pastusa impulsa las Caminatas Conscientes, una forma de terapia que demuestra que sanar no siempre ocurre en un consultorio: caminar también puede ser un acto de liberación y equilibrio.
La fe y el compromiso juvenil también tienen rostro propio. Desde la comunidad de Emaús, un grupo de jóvenes impulsa Revolución Juvenil, un movimiento que invita a descubrir el propósito de cada persona a través de la cercanía con Dios. Y en las aulas, estudiantes de Derecho se destacan , conquistando el primer lugar en competencias de litigio gracias a su talento y preparación.
Todo esto ocurre aquí, en nuestra tierra. Cada historia es una prueba de que Nariño tiene un potencial inmenso, una fuerza creadora que no necesita buscar afuera lo que aquí florece con autenticidad.
En Revista Impulso creemos en eso: en nuestra gente, en los empresarios, en los jóvenes, en los soñadores que transforman desafíos en oportunidades.
Porque Nariño tiene de todo.
Y lo mejor de todo: lo hacemos de forma espectacular.
