Nariño bajo fuego

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El departamento de Nariño es noticia en Colombia, pero por hechos negativos, luego de que los recientes episodios de violencia e inseguridad sitúen a la región como un territorio que está ‘prácticamente’ en medio de un conflicto armado o una ‘guerra sin cuartel’ y con el recrudecimiento de la violencia disparado, dejando a poblaciones en criticas situaciones humanitarias y de orden público, e incluso cobrando vidas, como la masacre registrada en el municipio de Ricaurte o los constantes enfrentamientos en zona de Cordillera, principalmente en territorio de Cumbitara.

Resulta paradójico nombrar estos casos de violencia desmedida en un departamento como Nariño, en el que se habla de procesos y diálogos de paz, tarea bandera del actual Gobierno Departamental, ante la cual surge el gran interrogante y cuestionamiento de la oposición y varios sectores comunitarios y políticos: ¿Cuál paz? Si en el departamento de Nariño sigue la problemática de violencia, de combates armados, desplazamientos masivos, comunidades confinadas, civiles en medio del fuego cruzado y asesinatos de líderes sociales e indígenas.

No se puede desconocer que hay reuniones y compromisos que parecieran dar una esperanza entre tanta violencia, tanto combate, sin embargo, todo esto se queda corto ante una realidad ineludible e histórica como es el que el departamento de Nariño se desangre entre sus montañas con los episodios de violencia.

El vil homicidio del líder indígena y sus dos guardaespaldas en Ricaurte y posterior quema de sus cuerpos, junto al asesinato del uniformado del Ejército Nacional en Cumbitara durante una intervención militar que dejó más soldados heridos por cuentas de presuntos miembros de un grupo armado que delinque en la región son dos claros ejemplos de una situación en Nariño que no se puede desconocer y es la ola de la violencia y la huella de los grupos ilícitos que operan al margen de la ley, que cada vez hunde más su pisada en el departamento de Nariño, y con ello, es más honda la herida por los hechos de violencia que dejan a su paso.

Cabe destacar que el Frente Iván Ríos, de la Coordinadora Nacional – Ejército Bolivariano (CN-EB), emitió un comunicado rechazando el asesinato del dirigente awa y sus escoltas.

La opinión pública y sectores políticos hacen un llamado a las autoridades departamentales de Nariño y Gobierno Nacional a evitar que más hechos de violencia sacudan a la región.

Foto 1 En los últimos días se vive ‘una oleada de violencia’ en varios municipios de Nariño. En imagen el asesinato del líder indígena y sus dos guardaespaldas en Ricaurte.


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