La cuarta etapa de la Vuelta a Suiza 2025 fue un verdadero campo de batalla en la montaña, y el gran damnificado fue el colombiano Nairo Quintana, quien no pudo seguir el feroz ritmo impuesto por Joao Almeida y terminó perdiendo más de 13 minutos, quedando sin opciones en la clasificación general.
El portugués del UAE Team Emirates lanzó un ataque demoledor a 50 km de la meta, al mejor estilo de su compañero Tadej Pogacar. En solitario, cruzó victorioso la línea de llegada en Piuro tras 193,2 km de recorrido desde Heiden, firmando una auténtica exhibición que lo catapultó nuevamente como uno de los grandes favoritos al título.
Almeida coronó en solitario el Splügenpass, se lanzó al descenso y resistió en modo contrarreloj para cruzar primero con un tiempo de 4 horas, 10 minutos y 10 segundos. Detrás de él llegaron el británico Oscar Onley a 40 segundos y el australiano Ben O’Connor a 42.
En medio de esa tormenta, Nairo Quintana no logró responder. El ciclista del Movistar Team cruzó la meta en el puesto 37, a 13 minutos y 29 segundos del ganador, lo que lo relegó al puesto 53 en la general, a 25 minutos y 7 segundos del líder Romain Grégoire.
El golpe anímico y deportivo es fuerte para el boyacense, que no ha encontrado el ritmo esperado en esta competencia. Quintana, que venía con la ilusión de recuperar protagonismo en una de las grandes carreras del calendario UCI, quedó prácticamente descartado de cualquier posibilidad de pelear por el podio.
Por su parte, el francés Grégoire (Groupama FDJ) conservó el maillot amarillo con uñas y dientes. Finalizó junto a un grupo perseguidor a 1:02 del vencedor y mantiene el liderato con 25 segundos sobre Kevin Vauquelin y 29 sobre Julian Alaphilippe.
Este jueves se disputa la etapa reina entre La Punt y Santa Maria in Calanca, con 183.8 km y cuatro puertos de primera categoría, entre ellos el Julierpass, el Paso de San Bernardino, y un doble ascenso al Castaneda, que promete ser determinante para el desenlace de la carrera.
Con Almeida en modo caza total y Quintana lejos de su mejor forma, la Vuelta a Suiza se pone al rojo vivo.
