Atlético Nacional vivió una noche amarga en la Copa Libertadores tras igualar sin goles ante Sao Paulo en un partido marcado por la frustración y la falta de efectividad. El cuadro verdolaga tuvo en sus pies; la oportunidad de sumar tres puntos vitales, pero terminó cediendo terreno en un encuentro que podría tener consecuencias en la clasificación.
El momento más doloroso de la noche tuvo como protagonista a Edwin Cardona. El mediocampista antioqueño, llamado a ser el conductor del equipo, tuvo dos oportunidades desde el punto penal para abrir el marcador, pero en ambas ocasiones el balón terminó lejos de la red. En el primer cobro, su disparo se fue desviado contra el poste derecho; en el segundo, el portero brasileño adivinó la trayectoria y atajó con solvencia.
La doble falla de Cardona no solo apagó el ánimo en el estadio, sino que evidenció la falta de contundencia en los momentos clave. Pese a generar más volumen de juego y manejar la posesión, Nacional careció de la frialdad necesaria para liquidar a un rival que jugó con cautela y apostó por el contragolpe. Sao Paulo, incluso, tuvo un par de aproximaciones que pudieron costar aún más caro.
Gandolfi deberá trabajar contrarreloj para recuperar la confianza de sus dirigidos, especialmente la de Cardona, cuya expresión al final del encuentro reflejaba autocrítica y frustración. El técnico sabe que en la vuelta en Brasil no habrá margen para errores, y que la efectividad será la llave para mantener viva la ilusión continental.
La hinchada, que llegó con ilusión de ver a su equipo dar un golpe de autoridad, salió del estadio en silencio, consciente de que este empate tiene sabor a derrota. Nacional no solo perdió la oportunidad de sumar, sino que dejó en el aire la sensación de que los fantasmas de la falta de gol pueden aparecer en el momento más inoportuno de la Copa Libertadores.




