José Albeiro Galeano perdió la vida tras sufrir un grave accidente laboral.
El silencio del barrio Villa Lorena se rompió con un estruendo que estremeció a todos. Un muro de concreto, agrietado por el tiempo y el descuido, se vino abajo sin advertencia alguna, sepultando bajo su peso a José Albeiro Galeano Arteaga, un obrero que jamás imaginó que aquel lunes sería el último día de su vida.
El trágico suceso ocurrió la tarde del 10 de noviembre en la manzana D. Testigos aseguran que José Albeiro trabajaba sin descanso, reparando la base de la estructura cuando escuchó un crujido seco. En cuestión de segundos, el muro cedió y lo golpeó con brutalidad. Los vecinos, horrorizados, corrieron a auxiliarlo entre polvo, escombros y gritos desesperados. Algunos intentaron levantar los bloques con sus propias manos antes de que llegaran los organismos de socorro.
El obrero fue trasladado de urgencia a un centro asistencial con heridas graves. Los médicos lucharon por estabilizarlo, pero las fracturas internas y el trauma generalizado le ganaron la batalla. Durante días, su familia mantuvo la esperanza de que saldría adelante, pero la noche del miércoles esa ilusión se apagó para siempre.
José Albeiro era conocido por su compromiso y esfuerzo diario. Vivía junto a su madre y su hermana, a quienes sostenía con su trabajo. Ahora, además del dolor de su partida, su familia enfrenta la angustia económica de cubrir los gastos funerarios. Sin seguro ni apoyo, apelan al corazón de la comunidad para darle un adiós digno a quien fue su único sustento.
Las personas que deseen colaborar pueden hacerlo a través de la cuenta Nequi 313 834 9967 o contactarse con los allegados del obrero.
Vecinos lo recuerdan como un hombre de palabra, responsable y solidario. Su muerte ha dejado al barrio conmocionado y ha reavivado el debate sobre las precarias condiciones laborales de quienes día a día arriesgan su vida en obras improvisadas y sin garantías. En El Espinal, el nombre de José Albeiro Galeano ya se pronuncia con dolor y respeto.



