El líder social y defensor de derechos humanos Nilson Andrés De Arco falleció tras varios meses de complicaciones derivadas del atentado armado que sufrió mientras adelantaba labores comunitarias en Soledad, Atlántico. Su muerte vuelve a encender las alertas sobre la persistente violencia contra quienes ejercen liderazgo social en el país.
De Arco, reconocido por su trabajo en procesos comunitarios y de defensa de poblaciones vulnerables, fue atacado por sicarios en un hecho que, según organizaciones locales, estaba relacionado con su labor social. Aunque logró sobrevivir inicialmente al ataque, su salud se deterioró en las últimas semanas hasta que finalmente se confirmó su deceso.
Con este caso, ya son 170 los líderes sociales asesinados en Colombia en lo que va de 2025, una cifra que refleja la grave crisis de seguridad que atraviesan estos defensores, especialmente en zonas donde confluyen presencia de grupos armados, economías ilegales y disputas territoriales.
Diversas organizaciones de derechos humanos exigieron a las autoridades esclarecer los responsables del atentado, reforzar los mecanismos de protección y avanzar en políticas integrales que garanticen la vida y el trabajo de los líderes comunitarios.
La muerte de De Arco se suma a una lista de hechos que, según expertos, ponen en evidencia la fragilidad de las garantías para la defensa de derechos en el país.



