Murió el ‘profe’

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Una lamentable noticia sacudió a la comunidad deportiva de Villavicencio. El profesor
Gerardo Rey, reconocido formador de niños y jóvenes futbolistas, perdió la vida en un
accidente de tránsito ocurrido sobre la avenida Catama, a la altura de la entrada al
barrio Covisán.
Hechos
Según relataron testigos, el docente se desplazaba en su motocicleta cuando fue
embestido por una volqueta que, en lugar de detenerse, abandonó la escena sin
auxiliar a la víctima. La huida del conductor generó indignación, aunque gracias a la
rápida reacción de las autoridades de tránsito, el vehículo fue interceptado cerca de la
terminal de transporte y su conductor detenido. El hombre aseguró que no se había
percatado del accidente, pero quedó a disposición de las autoridades, quienes iniciaron
la investigación para esclarecer responsabilidades.
Los actos urgentes estuvieron a cargo del grupo forense de la Secretaría de Movilidad
de Villavicencio, mientras familiares y allegados llegaban al lugar consternados por la
trágica noticia.
Comunidad
Gerardo Rey residía en el barrio Olímpico y su nombre estaba estrechamente ligado a
la formación deportiva en la ciudad. Durante años se dedicó a entrenar con disciplina y
cariño a generaciones de niños y adolescentes en distintas escuelas de fútbol, dejando
una huella imborrable en quienes tuvieron la fortuna de llamarlo “profe”.
La noticia de su fallecimiento se multiplicó rápidamente en redes sociales, donde
jugadores, padres de familia y colegas expresaron su tristeza. “Excelente hombre,

gracias profe por haber sido parte fundamental en la formación de tantos chicos de la
escuela Bombonera. Gracias por sus oraciones, por su compromiso, su dedicación y
esas palabras de aliento que siempre nos regaló. Mucha fortaleza para su familia”,
escribió uno de sus exalumnos.
Otros mensajes resaltaron no solo su labor como entrenador, sino su calidad humana,
siempre dispuesta a orientar y a brindar esperanza a través del deporte. Para muchos,
su legado va más allá de las canchas: fue un guía, un consejero y un ejemplo de vida.
Al dolor de la pérdida se sumaron denuncias ciudadanas sobre el mal estado del
alumbrado público en la zona donde ocurrió el accidente. “Esa avenida tiene tramos
muy oscuros, del Pinilla a Malokas no hay iluminación. Las lámparas están instaladas,
cobran el servicio, pero no funcionan”, manifestó una vecina, señalando que la falta de
luz representa un riesgo constante para conductores y peatones.


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