Desde hace más de 40 años, la República Islámica prohíbe a las iraníes acudir a los encuentros de fútbol como espectadoras.
Sin embargo, las mujeres pudieron acceder en enero a un enfrentamiento de su selección por primera vez en casi tres años durante las eliminatorias al Mundial 2022 frente a Irak.
Como un «acontecimiento excepcional», el Esteghlal, club de la capital, anunció que había ofrecido «globos, banderas azules y flores» a las seguidoras.
«Este es un acontecimiento histórico. Por primera vez, la afición femenina del Esteghlal irá al estadio Azadi para apoyar a su equipo», anunció Hamshahri, periódico de la capital iraní.
En septiembre de 2019, Sahar Khodayari, una seguidora del club Esteghlal, de 30 años, murió tras quemarse a lo bonzo ante un tribunal por temor a ser encarcelada por querer asistir a un partido.
Apodada «la niña azul» en referencia a los colores de su equipo favorito, intentó entrar en un estadio disfrazada de chico.
Su muerte provocó protestas y muchos llegaron a pedir que se prohibiera a Irán participar en encuentros internacionales y boicotear sus enfrentamientos.
Tras la muerte de Khodayari, la FIFA ordenó a Irán que permitiera el acceso de las mujeres a los campos de fútbol.




