La Policía Nacional llevó a cabo una exitosa intervención en una vivienda del barrio Barzal, donde se almacenaban, dosificaban y comercializaban sustancias estupefacientes. Este operativo se enmarca dentro de los esfuerzos continuos de las autoridades para combatir el microtráfico y garantizar la seguridad en la ciudad.
El resultado
La Seccional de Investigación Criminal realizó una diligencia de registro y allanamiento en el inmueble, lo que resultó en el hallazgo e incautación de una cantidad considerable de marihuana, así como varios elementos utilizados para la dosificación de la droga. La operación fue meticulosamente planeada, y se ejecutó en respuesta a denuncias de vecinos sobre actividades sospechosas en la zona, lo que despertó la preocupación de la comunidad.
Capturada
Durante el operativo, las autoridades capturaron a una mujer que fue identificada como la presunta responsable del expendio de estas sustancias. La fémina, será investigada por su vinculación en el tráfico de drogas y enfrentará cargos por la venta y distribución de estupefacientes en el sector.
Los líderes comunitarios han pedido a las autoridades que mantengan la vigilancia y realicen más operativos en el barrio, ya que la comercialización de sustancias ilegales genera un ambiente de inseguridad y preocupación entre la ciudadanía.
Por su parte, las autoridades han reiterado el llamado a la población a seguir denunciando actividades sospechosas. “Hay que alertar a la Policía sobre la presencia de personas o actividades sospechosas, aunque la verdad, pocas veces atienden de manera oportuna los llamados de la comunidad”, manifestó un ciudadano.
Problemática
El mercado interno de estupefacientes, es uno de los fenómenos criminales de mayor complejidad en materia de intervención penal, gracias a sus múltiples manifestaciones que perturban diferentes escenarios sociales e institucionales.
“Es necesario caracterizar el fenómeno con un enfoque territorial urbano, fortalecer las acciones de interrupción de las actividades de distribución de drogas en el ámbito local y, paralelamente, el desarrollo de procesos de inclusión social que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la población afectada”, señaló un experto en seguridad.
Finalmente, ciudadanos han señalado que, en los barrios populares, los menores de edad son reclutados por redes criminales para que alerten sobre la presencia de la fuerza pública, empaquen droga y hagan parte de la comercialización de sustancias psicoactivas. A cambio, reciben objetos de valor como celulares o ganancias sobre sus ventas.



