En Pereira, una mujer de 28 años fue capturada por el Gaula de la Policía tras extorsionar durante más de un año a los dueños de una empresa de transporte en Risaralda. La detenida, quien se desempeñaba como directora operativa y de logística, se hacía pasar por miembro de una banda criminal y exigía 50 millones de pesos para no atentar contra la empresa.
Las intimidaciones se realizaban mediante mensajes en redes sociales, en los cuales la acusada simulaba ser una víctima más de las amenazas. Incluso, el 28 de agosto, una de las oficinas de la empresa fue incendiada, lo que aumentó la tensión. La mujer aseguró que este ataque había sido perpetrado por delincuentes que también la tenían en la mira.
Según la coronel Yuri Romero, comandante de la Policía en Pereira, «uno de los delitos por los cuales se le indaga es la falsa denuncia, ya que utilizó sus propios medios para autoextorsionarse y generar temor entre sus jefes».
Las investigaciones se intensificaron cuando un conductor de una plataforma de movilidad, contratado por la mujer para recoger un paquete con dinero, fue detenido. Este hombre proporcionó información clave que permitió a las autoridades vincular a la detenida con las extorsiones.
Después de cinco meses de seguimiento, la Policía confirmó que la mujer, desde su posición en la empresa, era la autora de las amenazas y extorsiones. Finalmente, fue enviada a prisión.
Este caso es un recordatorio de cómo las extorsiones afectan no solo a comerciantes y empresarios, sino que, en ocasiones, surgen desde dentro de las mismas organizaciones.




