Potenciadores artesanales como ‘Vitafer‘ y ‘Meromacho‘ fueron los que acabaron con la vida del patrullero de la Policía Nacional, Eder Tovar Torres, adscrito a la estación de Pedraza, Magdalena, y oriundo de la vereda Retiro Nuevo en Maríalabaja, Bolívar.
El policía, de 34 años, sufrió un desmayo y posteriormente murió de un paro cardíaco en la habitación 14, de un reconocido hotel de Cartagena. Tovar se encontraba en compañía de una mujer y gozaba de un permiso especial de su trabajo.
Algunas fuentes indicaron que el patrullero había ligado los potenciadores con licor y los habría ingerido antes de pasar un tiempo a sola con su compañera sentimental, por lo que se presume que se le dilataron todos los vasos sanguíneos.
De acuerdo con el testimonio de la mujer, el hombre cayó al suelo de repente, sin anunciar malestares ni mareos. Preocupada, avisó al personal del hotel quienes a su vez avisaron a las autoridades.
Al llegar, descubrieron que el cuerpo yacía sin vida.
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