Una joven estadounidense relata cómo la adicción al fentanilo la llevó al borde de la muerte y sumió a su familia en un estado permanente de desesperación. Su historia refleja la dimensión humana de una crisis que se expande sin freno en Estados Unidos.
Una caída vertiginosa en la adicción
La joven, hoy en proceso de recuperación, comenzó a consumir drogas de manera ocasional durante la adolescencia. Con el tiempo, el fentanilo —una sustancia opioide hasta 50 veces más potente que la heroína— se convirtió en el centro de su vida. La disponibilidad, el bajo costo y la sensación inmediata de alivio aceleraron su dependencia.
Lo que empezó como un consumo esporádico terminó en un hábito que dominaba sus días: necesitaba dosis cada vez mayores para evitar la abstinencia y mantener una sensación mínima de estabilidad.
“Pensamos que no iba a despertar”
Sus padres recuerdan que vivían con miedo constante. En varias ocasiones, la joven sufrió sobredosis que requirieron atención de emergencia. La familia llegó al punto de preparar la casa para una posible tragedia. Cada sonido en la noche podía significar otra crisis, otra carrera al hospital o, peor aún, la última.
El deterioro físico era visible: pérdida de peso, agotamiento extremo, cambios de humor y aislamiento total. La salud mental también se resquebrajaba bajo el peso de la adicción.
La intervención que cambió todo
Tras una de las sobredosis más graves, sus padres decidieron intervenir de manera definitiva. Buscaron ayuda profesional, ingresaron a su hija en programas de rehabilitación y se involucraron por completo en el proceso. Ella misma reconoce que sin ese apoyo difícilmente habría sobrevivido.
Aunque hubo recaídas y retrocesos, la joven comenzó un proceso de recuperación que hoy continúa. Describe su rehabilitación como un camino lleno de miedo, pero también de aprendizaje y de reconstrucción emocional.
Una historia que refleja una crisis nacional
El testimonio de esta sobreviviente ilustra el drama que atraviesan miles de familias en Estados Unidos. El fentanilo se ha convertido en una amenaza masiva por su accesibilidad, su potencia y la velocidad con la que genera dependencia. Detrás de las cifras de muertes y sobredosis hay historias como esta: jóvenes atrapados en una droga devastadora y padres que luchan para mantenerlos con vida.
La joven espera que contar su experiencia sirva para alertar a otros y para derribar el estigma que rodea a la adicción. “Si estoy viva, es por mis padres”, afirma. Su mensaje es claro: nadie sale solo del infierno del fentanilo.
