Eran aproximadamente las 10 de la noche cuando Jefferson Stiven Tapia Jiménez de 30 años de edad fue atacado a bala por dos sicarios. “Él se encontraba descansando en su cama, miraba televisión en compañía de su compañera sentimental, cuando de manera sigilosa se acercaros los delincuentes a la ventana principal de su cuarto y sin mediar ningún tipo de palabras dispararon de manera indiscriminada”, relató uno de los testigos.
Escaparon
Los bandidos, tras cometer el cobarde hecho de sangre huyeron con rumbo desconocido. “Los sicarios escaparon en una motocicleta. No se reconocían ya que cubrían sus rostros con los cascos de protección. A los pocos minutos, muchos vecinos y curiosos se acercaron a los alrededores de la casa para percatarse de lo sucedido. Entre tanto, el cuerpo de Jefferson Stiven Tapia yacía en la cama sin signos vitales, las heridas, los disparos habían sido certeros”.
Inspección
Hasta el barrio El Libertador se desplazaron varias unidades de actos urgentes de la Sijin, con el objetivo de llevar a cabo la inspección técnica del sitio y cadáver. En los procedimientos legales se lograron evidenciar en la cabeza con afectación en la región occipital y parietal, lesiones que habían hecho estragos en la masa encefálica.
Pruebas
En las diligencias, los peritos recolectaron una serie de pruebas o evidencias que ayudarán a esclarecer las causas y motivos por las cuales lo ultimaron. El cuerpo fue embalado y rotulado para ser ingresado hasta las instalaciones de la morgue donde los expertos en Ciencias Forenses le realizaron la debida necropsia para poder establecer las verdaderas causas de su deceso.
El cuerpo de Jefferson Stiven Tapia fue velado en su casa de habitación del barrio El Libertador. Posteriormente sus allegados lo llevaron hasta la ciudad de Villavicencio departamento del Meta donde le dieron cristiana sepultura. La comunidad ‘Bordeña’ se mostró indignada ante lo sucedido y en medio de los comentarios señalaron “ya ni estando al interior de la casa, se salva uno de los delincuentes”.
