Martha Alicia Chávez, autora del libro “Tu hijo, tu espejo”, afirma que los padres en ocasiones proyectan en los hijos sus expectativas y frustraciones, así como también cuestiones sin resolver de la infancia y adolescencia. Inconscientemente, esperan que sus hijos se conviertan en una extensión y que cierren asuntos inconclusos que ellos no lograron.
Tal vez esta es una explicación por las conductas inapropiadas de los hijos, puesto que a veces, la coherencia entre lo que dicen los padres no coordina con las acciones. Es fundamental que todo lo que suceda en el hogar sea beneficioso para su educación, ya que los hijos asimilan como normal lo que ven en casa.
Sucede muchas veces que las frustraciones, rencores y miedos que los padres cargan a lo largo de su infancia, los hijos lleguen a imitarlas y aprenderlas de manera inconsciente. Así que, por el bien de los hijos es de suma importancia procurar que esos conflictos personales e internos no se reflejen cuando educamos a los hijos.
Niños ¿”maleducados”?
Todos los niños al nacer son nobles, tiernos y cariñosos. Conforme van creciendo y desarrollando su intelecto para razonar, es cuando se pueden convertirse en niños irrespetuosos, todo depende de cómo los padres enseñen a sus hijos.
Hoy día, muchos padres implementan un método de crianza permisivo, positivo, sin ser autoritarios, tal vez porque desconocen qué hacer ante conductas inadecuadas de sus hijos. Por ello, que aquí te dejo estos consejos.
1 Con amor
Seguro te has fijado que cuando te hablan con amor, respeto y cariño, las cosas salen mejor. Es por ello que el amor es una herramienta fundamental para cambiar conductas inadecuadas. Recuerda que si gritas o te alteras, es probable que tu hijo siga con esos comportamientos retadores.
2 Entendiendo a los demás
Cuando tu hijo tenga una conducta irrespetuosa, es momento de enseñarle sobre la empatía. Esta se refiere a ponerse en los zapatos de los demás para comprender, apoyar y ayudar. Los niños que sienten empatía están inclinados a pensar en los sentimientos, serán capaces de reconocer cuando sus conductas han lastimado a alguien, y de manera inmediata dirán “lo siento”.
3 Consecuencias y no castigos
Es recomendable eliminar de tu vocabulario la palabra “castigo” y cámbiala por “consecuencia”. Cuando le dices a un niño que lo vas a castigar, inmediatamente relacionará ese concepto como algo malo, doloroso, golpes, miedo, reprenda, lágrimas etcétera. Si le dices que de sus acciones incorrectas tendrá que asumir las consecuencias, lo asimilará como aprendizaje.
4 Festejar las buenas acciones
Reconocer y recompensar cuando los hijos se comportan bien los motivará a hacer más cosas buenas que malas. Tal vez puedas comprometerte a llevarlo al cine, comprar un juguete o cualquier otra cosa, con tal de que cumpla con el protocolo de la buena conducta.
5 Comunicación asertiva
Los padres pueden perder el control de sus emociones cuando su hijo no hace caso y es rebelde. Pero nada ganarás con exaltarte, perdiendo la paciencia. Lo ideal es tomar un tiempo para reflexionar sobre los hechos y así tomar decisiones razonables. Descubre el origen de esas malas conductas que provocan que tu hijo se comporte mal, para que puedas anticiparte a sus reacciones.




