El Ministerio de Trabajo (Mintrabajo) de Colombia anunció este 21 de noviembre de 2025 el calendario oficial para la negociación del salario mínimo de cara al 2026, incluyendo como novedad la discusión del llamado mínimo vital. Este concepto, promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se incorpora como un insumo técnico clave para el diálogo entre el Gobierno, los empresarios y los sindicatos.
¿Qué es el salario mínimo vital y por qué se introduce en la mesa de negociación?
El ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, explicó que el salario mínimo vital no solo cubre los gastos básicos de manutención —como alimentación o transporte—, sino que también debe garantizar condiciones dignas de vida para el trabajador y su familia. Esto incluye vivienda, educación, salud, vestido y recreación, según detalló.
Sanguino señaló que este concepto tiene respaldo constitucional, específicamente en el artículo 53 de la Constitución colombiana, y afirmó que será un “referente técnico” durante las negociaciones, aunque no necesariamente el punto final para definir el salario mínimo.
Según Mintrabajo, la OIT estima que un salario mínimo “digno” para una familia promedio de cuatro personas en Colombia estaría cerca de los 3 millones de pesos mensuales. Esta cifra se presenta como un insumo técnico para las partes, pero difícilmente se adoptará en su totalidad como meta inmediata.
Estructura y actores de la negociación
Para este proceso de concertación, el Gobierno no solo acudirá con el Ministerio de Trabajo, sino que integrará una representación amplia que incluye al Ministerio de Hacienda, al Ministerio de Agricultura, al Ministerio de Comercio, al Departamento Nacional de Planeación (DNP) y al DANE.
Este enfoque multilateral busca garantizar que las decisiones tengan una base técnica sólida, considerando variables macroeconómicas como la inflación real del año en curso, la inflación proyectada para el próximo año y otros indicadores económicos relevantes.
Plazos y mecanismo de diálogo
El Ministro Sanguino puso un cronograma claro: si no se logra un acuerdo antes del 15 de diciembre, la ley permite extender las negociaciones hasta el 30 de diciembre. Este margen de tiempo está contemplado para que todas las partes (trabajadores, empresas y Gobierno) puedan trabajar con “suficiente razonabilidad” y “rigor con cifras en mano”.
Tensiones y retos
- Empresarios y sindicatos distantes: Hasta ahora, las posiciones entre el sector empresarial y las centrales obreras parecen alejadas, lo que podría dificultar una concertación fluida.
- Productividad en discusión: En sesiones técnicas previas, el DANE presentó cifras sobre productividad laboral, pero algunos gremios han cuestionado los métodos y su aplicabilidad para subir el salario.
- Inflación: La inflación acumulada y la estimada para el próximo año son variables decisivas en la mesa, ya que impactan directamente en el poder adquisitivo y la capacidad de las empresas para absorber un alza salarial.
Contexto reciente
Cabe recordar que para 2025 el salario mínimo ya tuvo un aumento decretado por el Gobierno: se estableció en 1.423.500 pesos al mes, lo que representó un alza del 9,54 % respecto al año anterior. Este incremento se definió sin consenso entre los gremios y los sindicatos, lo que subraya los desafíos para la concertación.
Además, la OIT, como ya se mencionó, estima que el salario mínimo ideal para garantizar condiciones dignas de vida sería aproximadamente 3 millones de pesos, lo cual abre un debate complejo: si bien es un referente técnico, alcanzarlo podría tener profundas implicaciones macroeconómicas.
Evaluación del gobierno
Para Mintrabajo, el uso de la variable del mínimo vital representa una apuesta por un enfoque más integral de la remuneración laboral: no solo que el salario mínimo crezca, sino que responda a las necesidades reales de las familias. Sanguino ha insistido en que la prioridad es elevar el ingreso real de los trabajadores, preservando al mismo tiempo el equilibrio con la economía nacional.




