
Millonarios comenzó el torneo Clausura con un duro golpe en casa al caer 1-2 frente a Unión Magdalena, en un partido que dejó más dudas que certezas. Pese a dominar ampliamente en posesión y remates, el equipo azul no logró traducir su superioridad en el marcador, mientras que el cuadro samario aprovechó con contundencia las pocas opciones que tuvo.
El marcador se abrió temprano con un tanto de Beckham Castro, lo que hacía presagiar una noche tranquila para los locales. Sin embargo, la reacción visitante no tardó en llegar gracias a Jannenson Sarmiento, quien marcó en dos ocasiones para sentenciar la remontada y silenciar El Campín. La frustración de los hinchas se hizo sentir desde las gradas con cánticos y fuertes reclamos hacia el cuerpo técnico y jugadores.
Al final del compromiso, la noticia más fuerte no fue únicamente la derrota, sino la confirmación de la salida del técnico David González, quien no resistió la presión tras una seguidilla de malos resultados. La dirigencia del club habría decidido poner fin a su proceso argumentando la falta de resultados y la desconexión con el plantel.
La reacción de los aficionados fue contundente. Desde la tribuna occidental se observaron zapatos arrojados en señal de protesta, un gesto simbólico que buscaba dejar claro el descontento con el rumbo del equipo. Este hecho se volvió viral en redes sociales, donde se multiplicaron las críticas a la gestión deportiva y a la falta de jerarquía en los momentos claves.
Los números del encuentro reflejaron la frustración de Millonarios: 22 remates contra apenas 3 de su rival, 71 % de posesión y 12 tiros de esquina que no pudieron ser capitalizados. Unión, con un fútbol práctico, se defendió bien y encontró la manera de golpear en los momentos precisos. La expulsión de Dilan Ortiz en los visitantes no fue suficiente para que los embajadores aprovecharan la superioridad numérica.
Con la salida de González, se abre ahora la incógnita sobre quién asumirá la dirección técnica del equipo capitalino. Los hinchas exigen una respuesta rápida y nombres de peso para recuperar la confianza, mientras la dirigencia analiza alternativas en medio de la tormenta.
El comienzo del Clausura no pudo ser más amargo para Millonarios: derrota en casa, crisis en el banquillo y una afición que ha pasado del apoyo incondicional a la protesta abierta. El reto inmediato será recomponer el rumbo antes de que la situación se agrave en lo deportivo y en lo institucional.




