La Industria Licorera del Cauca enfrenta una preocupante situación financiera por el almacenamiento prolongado de miles de cajas de aguardiente que no han sido comercializadas, lo que ya representa pérdidas millonarias para el departamento.
Según fuentes internas, el licor permanece embodegado desde hace meses debido a la caída en las ventas, demoras en los procesos de distribución y falta de estrategias comerciales eficaces. A esto se suma el vencimiento progresivo del producto, lo que podría obligar a desechar parte del inventario si no se toman medidas urgentes.
“La situación es crítica. Hay bodegas llenas de aguardiente sin rotación y cada día que pasa, se deprecia su valor. Estamos hablando de recursos públicos que se están perdiendo”, señaló un funcionario que pidió mantener reserva sobre su identidad.
La falta de dinamismo en el mercado del licor regional se atribuye, en parte, a la competencia con marcas nacionales y extranjeras, la disminución del consumo tradicional y el debilitamiento de campañas de posicionamiento del producto insignia del Cauca.
Desde la Asamblea Departamental se han pedido explicaciones a la gerencia de la licorera, mientras que expertos advierten sobre el riesgo de que este rezago impacte los recursos destinados a salud, educación y cultura, sectores que dependen de las rentas generadas por el monopolio de licores.
La Contraloría departamental también habría iniciado una indagación preliminar para establecer si hubo irregularidades en la producción o negligencia administrativa que haya contribuido al represamiento del aguardiente.
Mientras tanto, los ciudadanos se preguntan: ¿por qué el aguardiente caucano, símbolo de identidad regional, está estancado en bodegas y no en las mesas del país?




