Una nueva controversia sacude a Santander de Quilichao tras revelarse que el municipio acumula una deuda superior a los $8.700 millones por el servicio de energía eléctrica, obligación reconocida en sentencia judicial desde diciembre de 2024. La administración que lidera el alcalde Luis Eduardo Grijalba vuelve al centro de la polémica, esta vez por el incumplimiento de un fallo que le ordena pagar a la empresa prestadora del servicio.
de acuerdo con el proceso ejecutivo singular de mayor cuantía, radicado bajo el número 19698311200120200005500 en el juzgado primero civil del circuito de santander de quilichao, el despacho declaró la obligación de cancelar ocho mil setecientos veinte millones seiscientos ochenta y siete mil ciento treinta y ocho pesos con siete centavos ($8.720.687.138,07) m/cte, correspondientes al capital. la sentencia incluye, además, costas procesales e intereses moratorios que se siguen acumulando hasta la fecha del pago efectivo.
Vieja deuda, nuevo problema
La situación no es nueva para el municipio. En 2017, otro proceso judicial similar concluyó con el pago de más de 2 mil millones de pesos entre capital e intereses. Sin embargo, el incumplimiento se ha vuelto una constante. Hoy, a pesar de la contundencia del fallo, no existe claridad sobre si la administración actual ha contemplado en su presupuesto las provisiones necesarias para cubrir esta millonaria deuda.
El pasivo corresponde al consumo de energía destinado tanto al alumbrado público como a las oficinas oficiales. Según fuentes consultadas, el municipio no solo dejó acumular el histórico, sino que tampoco ha demostrado intención de ponerse al día con el consumo corriente. El resultado es un incremento constante de los intereses, que golpea aún más las finanzas locales.
Alcalde en el ojo de la lupa
El alcalde Luis Eduardo Grijalba enfrenta críticas crecientes por la aparente falta de gestión en este tema. Sectores ciudadanos y de oposición cuestionan la inacción de su gobierno frente a un fallo en firme, que amenaza con desestabilizar aún más las cuentas del municipio y comprometer recursos futuros.
“El no pago de las obligaciones judiciales genera desconfianza en la administración pública y abre la puerta a embargos y mayores sanciones”, advirtieron analistas locales, quienes recalcan que la deuda no es un simple trámite contable, sino un reflejo de un manejo administrativo deficiente.
Mientras tanto, la deuda sigue creciendo y Santander de Quilichao continúa en el centro de una tormenta financiera y política que pone a prueba la credibilidad de la actual administración.




