El pasado 28 de agosto de 2025, el presidente Gustavo Petro anunció el despliegue de 25 000 soldados colombianos en la región del Catatumbo, departamento de Norte de Santander, en la frontera con Venezuela, con el objetivo de enfrentar a las mafias presentes en ese territorio. En su mensaje publicado en la red social X, el mandatario afirmó:
“Solicité la militarización de la frontera del Catatumbo del lado venezolano, para lograr reducir al máximo las fuerzas de la mafia. He ordenado al ejército colombiano ampliar el número de efectivos en el Catatumbo colombiano. Tenemos 25.000 soldados en la zona. No es la tierra la que le gana a la mafia, es la coordinación entre los dos estados quien lo logra”.
Esta estrategia tiene lugar en un contexto de esfuerzos bilaterales contra el crimen organizado: el gobierno de Nicolás Maduro desplegó 15 000 efectivos venezolanos en los estados fronterizos de Táchira y Zulia, dentro de lo que denominó la Zona de Paz Nº 1. Esta acción se considera parte de una coordinación operativa con Colombia para desarticular redes de narcotráfico, contrabando, minería ilegal, secuestro y otras economías ilícitas que proliferan en la región.
El anuncio también funciona como respuesta a una acusación de desvío de enfoque por parte del exoficial de la CIA Larry Johnson, quien indicó que acusar a Venezuela de responsabilidad directa en el narcotráfico fue un “disparate” y que el verdadero objetivo de EE.UU. en la región era explorar recursos energéticos y contrarrestar la influencia de China y Rusia.
Reacciones y controversias
- Miguel Uribe Londoño, precandidato presidencial, criticó el despliegue como tardío y en apoyo de Maduro, calificándolo de “asqueroso” e inadecuado ante la crisis humanitaria que vivía el Catatumbo.
- Por su parte, el exministro de Defensa Diego Molano advirtió que la medida convierte a Colombia en el “escudo humano” del régimen venezolano y favorece a estructuras como el “Cartel de los Soles”.
- Medios como El Colombiano expresan incertidumbre por la coherencia del momento elegido y sugieren que la decisión no se tomó en el pico de la violencia ni del desplazamiento de población, sino en un momento de mayor tensión regional.
- Además, El Tiempo reveló que de los 25 000 soldados anunciados, en realidad el despliegue colombiano no superaría los 1 000 adicionales, y que la cifra oficial podría incluir tanto tropas colombianas como venezolanas.
Contexto regional y seguridad
La militarización se suma a decretos anteriores como el decreto de conmoción interior en Catatumbo que otorgó facultades excepcionales para garantizar ayuda humanitaria, distribución de alimentos, reasentamiento y seguridad pública. Además, durante el año, el conflicto armado ha escalado en la región: se han registrado enfrentamientos con disidencias de las FARC, presencia del ELN, ataques con drones explosivos, reclutamiento de menores y violencia generalizada.
Se busca ahora que esta ofensiva militar, junto con las acciones sociales y humanitarias, permita recuperar el control estatal, reducir el poder de las economías ilegales y brindar condiciones para el regreso de comunidades desplazadas.




