61 aprendices fueron certificados con el programa de integración socio urbana en Tunja.
La Fundación Escuela Taller de Boyacá con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y el Ministerio de Cultura certifican tanto a migrantes como nacionales en el marco de este programa.
Hace escasos días en horas de la tarde en el auditorio de la sede de la Fundación Escuela Taller de Boyacá, en el Claustro Santa Clara la Real, ubicado en la carrera 7 # 19-78, Centro Histórico de la ciudad de Tunja, se realizó la ceremonia de certificación de tres cursos que se desarrollaron este año sobre temas de cocinas del altiplano – fogón boyacense, cubiertas mantenimiento preventivo y correctivo e infraestructuras sostenibles del agua, en el marco del programa de integración socio urbana de migrantes en ciudades colombianas del Banco Interamericano de Desarrollo, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio.
Este tenía como objetivo la integración y formación de población migrante y de acogida en temas de oficios, que permitieran realizar emprendimientos a ideas de negocios o la sostenibilidad del participante.
“En esta ocasión, se certifican a 24 aprendices migrantes de cocina de altiplano,
quienes dentro del curso reconocieron los ingredientes y recetas de la región
boyacense, las costumbres a raíz del fogón y los fundamentos de las cocinas
tradicionales; además, 17 aprendices recibirán la certificación de infraestructura sostenibles del agua, quienes son los proponentes de sistemas alternativos ecológicos como son los sanitarios secos o ecológicos, los sistemas de recolección de aguas lluvia o sistemas de filtrado de aguas jabonosas, entre otros. Y por último, se certificarán 20 aprendices del curso en cubiertas, que identifican las estructuras de edificaciones tradicionales, sus patologías, medidas de mantenimiento y sus condiciones”, indican desde la Escuela.
Agregan precisamente que, “para la Escuela Taller de Boyacá fue un reto y logro la consolidación de los aprendices donde se tuvo un 73% de cobertura de población migrante y un 27% población de acogida. También cabe resaltar que un 72% de personas fueron mujeres”.
Uno de los graduados como fue Lorenzo Díaz, mostró su agradecimiento por brindar estos espacios para poderse capacitar de forma gratuita, logrando así buscar nuevas oportunidades de vida y de trabajo, mostrando que, si se es capaz de salir adelante, aunque se viva en otro país.
Díaz hizo la invitación para que los organizadores de esta actividad académica puedan seguir ofreciendo estos cursos y quizás abrir la cobertura, con el fin de que más migrantes puedan capacitarse y servir de buena manera a departamento que les abrió las puertas luego de los difíciles momentos vividos en su país.
