El Banco Mundial estima que el cambio climático podría obligar a migrar a más de 250 millones de personas hacia 2050 debido a la subida del mar, sequías extremas y eventos meteorológicos catastróficos. Ya se observan movimientos masivos en África, Asia y América Central.
Muchos países aún no tienen políticas migratorias adaptadas a esta nueva realidad. Naciones como Bangladesh, Haití y algunos estados insulares del Pacífico enfrentan la posibilidad de perder partes importantes de su territorio.
Expertos llaman a un pacto global que reconozca a los migrantes climáticos como refugiados y que promueva soluciones proactivas, como la migración planificada, las ciudades flotantes y la adaptación resiliente en las zonas más vulnerables.
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