Microinfartos cerebrales: causas, síntomas y prevención

Microinfartos cerebrales: causas, síntomas y prevención
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¿Qué son los microinfartos cerebrales?

Los microinfartos cerebrales, también llamados infartos lacunares, son pequeños accidentes cerebrovasculares que afectan a vasos sanguíneos de reducido calibre en el cerebro. Aunque suelen pasar inadvertidos, pueden generar daño neurológico acumulativo y aumentar el riesgo de un evento cerebrovascular mayor.

A diferencia de un infarto cerebral extenso, los microinfartos afectan áreas pequeñas, pero su repetición puede provocar deterioro cognitivo y problemas de memoria. Reconocerlos a tiempo es clave para proteger la salud cerebral.

Síntomas más comunes

Los síntomas de un microinfarto cerebral varían según la zona afectada. En muchos casos son leves o incluso silenciosos, lo que dificulta su detección. Entre los más frecuentes se encuentran:

  • Pérdida de fuerza o sensibilidad en la cara, brazo o pierna, generalmente en un solo lado.
  • Dificultad para hablar o comprender palabras.
  • Problemas de equilibrio o coordinación.
  • Alteraciones visuales repentinas.

En ocasiones, los síntomas desaparecen en pocas horas, lo que los hace similares a un accidente isquémico transitorio (AIT). Sin embargo, no deben subestimarse.

Factores de riesgo principales

Los microinfartos cerebrales están estrechamente relacionados con enfermedades crónicas y hábitos poco saludables. Los factores de riesgo más comunes incluyen:

  • Hipertensión arterial no controlada.
  • Diabetes mellitus.
  • Colesterol y triglicéridos elevados.
  • Tabaquismo.
  • Obesidad y sedentarismo.
  • Arritmias cardíacas, como la fibrilación auricular.

Adoptar un estilo de vida saludable y controlar estas condiciones reduce de forma significativa la probabilidad de sufrir microinfartos.

Consecuencias a largo plazo

Un microinfarto cerebral puede no dejar secuelas visibles de inmediato. Sin embargo, la acumulación de varios episodios incrementa el riesgo de deterioro cognitivo, demencia vascular y accidentes cerebrovasculares mayores. Por eso, los especialistas recomiendan una detección temprana y un plan de prevención integral.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico se realiza principalmente mediante resonancia magnética cerebral, ya que muchas veces los microinfartos no aparecen en una tomografía.

El tratamiento se enfoca en prevenir nuevos eventos:

  • Control estricto de la presión arterial, glucosa y lípidos.
  • Uso de antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes, según indicación médica.
  • Abandono del cigarrillo y reducción del consumo de alcohol.
  • Ejercicio físico regular y alimentación balanceada.

Prevención y cuidado cerebral

La mejor estrategia frente a los microinfartos cerebrales es la prevención. Adoptar hábitos saludables, realizar chequeos médicos periódicos y seguir las recomendaciones profesionales puede marcar la diferencia entre un cerebro sano y complicaciones a futuro.

Cuidar la salud vascular es cuidar la memoria, la concentración y la calidad de vida.


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