Las lluvias torrenciales ocurridas entre los días 6 y 9 de octubre han dejado al menos 64 personas muertas y 65 desaparecidas en México. Las precipitaciones extremas también ocasionaron deslizamientos de tierra, inundaciones masivas, desbordamientos de ríos e importantes daños a infraestructura (viviendas, carreteras, puentes). Cinco estados concentran la mayoría de los impactos: Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí. En Veracruz se reportan 29 fallecidos. En Hidalgo, 21 muertos. En Puebla, 13 muertos. En Querétaro se registra 1 muerte hasta ahora. Se estima que más de 100,000 viviendas se vieron afectadas. Alrededor de 1,000 km de carreteras resultaron dañadas o bloqueadas. Se reportan más de 150 municipios afectados por inundaciones y deslizamientos en varias regiones del país. En respuesta, el gobierno desplegó fuerzas federales (ejército, marina) y abrió puentes aéreos para proveer ayuda humanitaria, víveres y atención médica. También se han lanzado alertas por posibles brotes de enfermedades vectoriales como el dengue, dada la acumulación de agua estancada




