
Ciudad de México, 19 de julio de 2025 — El gobierno de México respondió con firmeza a las advertencias emitidas por el Departamento de Transporte de Estados Unidos, que amenazó con rechazar nuevas solicitudes de vuelos provenientes del país si no se revierte una serie de medidas operativas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
La controversia gira en torno a la decisión mexicana de reducir el número de horarios de aterrizaje y despegue (conocidos como slots) en el AICM y reubicar parte de las operaciones de carga aérea hacia el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), como parte de un plan de descongestión y mejora de la seguridad aérea.
“La prioridad del Estado mexicano es garantizar operaciones seguras, eficientes y sostenibles. Las decisiones tomadas obedecen a un diagnóstico técnico, no a fines comerciales ni discriminatorios”, afirmó un vocero de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
EE. UU. alega trato desigual
El gobierno estadounidense, por medio del secretario de Transporte Sean P. Duffy, acusó a México de violar el Acuerdo Bilateral de Servicios Aéreos firmado en 2015. Según Washington, los recortes de slots y el traslado de operaciones se realizaron sin la debida coordinación binacional, afectando a aerolíneas estadounidenses y generando lo que describen como un entorno “anticompetitivo”.
Entre las represalias contempladas por EE. UU. se encuentra el bloqueo a nuevas rutas solicitadas por aerolíneas mexicanas, la exigencia de autorizaciones previas para vuelos chárter, y la posible revocación de la inmunidad antimonopolio a alianzas como la de Aeroméxico y Delta Airlines.
México rechaza injerencias
Desde Palacio Nacional, las autoridades mexicanas recordaron que el AICM opera desde hace años por encima de su capacidad, lo que ha provocado demoras, incidentes menores y saturación en pistas y terminales. Según el gobierno, la reorganización de las operaciones aéreas es una medida soberana para mitigar estos riesgos y promover el uso de infraestructura alterna como el AIFA.
“Nuestro país no está obligado a mantener condiciones idénticas si hay razones operativas de peso para introducir ajustes temporales. El AICM debe volver a un nivel de ocupación seguro y razonable”, declaró el subsecretario de Transporte.
También se destacó que las aerolíneas mexicanas han enfrentado restricciones en aeropuertos estadounidenses sin recibir respaldo diplomático similar por parte del gobierno federal.
Especialistas alertan sobre presiones comerciales
Diversos expertos en relaciones internacionales han interpretado la reacción estadounidense como una forma de presión comercial, en un contexto global donde las tensiones regulatorias en la aviación han ido en aumento.
“Hay un discurso de libre competencia, pero también una intención de condicionar decisiones internas a intereses externos. Es legítimo que México quiera reordenar su espacio aéreo y hacer uso de su nueva infraestructura”, señaló la analista Ana Luisa Vega, especializada en transporte y soberanía logística.
Un llamado al diálogo técnico
A pesar de las diferencias, ambos gobiernos han expresado su disposición a mantener canales de diálogo abiertos. La Cancillería mexicana adelantó que buscará una solución técnica mediante los mecanismos establecidos en el acuerdo bilateral.
Mientras tanto, el sector aéreo permanece en expectativa, en particular ante la posibilidad de afectaciones a la conectividad entre ambos países, que en conjunto representan uno de los corredores aéreos más activos del mundo.
