México acaba de dar un paso clave por el bienestar animal: se prohíben los shows con delfines en todo el país. Tampoco se permitirá la reproducción en cautiverio, salvo en proyectos de conservación reales. Unos 350 delfines serán trasladados a santuarios marinos o zonas costeras más amplias y naturales. Esta decisión surge tras denuncias graves en un resort de Riviera Maya, que llevaron a inspecciones, presión social y finalmente una reforma con apoyo legislativo. A partir de ahora, el turismo responsable será el camino: observar delfines libres en su hábitat, sin estrés ni espectáculos forzados.
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