En la tarde del sábado 1 de marzo, se registró un preocupante incidente en la ruta G208 del sistema de transporte público de la ciudad. Una menor de edad fue víctima de acoso por parte de un hombre mayor, quien aprovechó el espacio del bus para exhibirle vídeos de contenido adulto sin su consentimiento. El caso se viralizó en las últimas horas tras la publicación de un video en redes sociales por parte de Natalia Quevedo, denunciante y hermana de la víctima, quien decidió exponer el hecho públicamente para buscar justicia y condenar el acto de acoso.
En el video, difundido por Natalia en plataformas como Twitter, Instagram y Facebook, se observa a la menor sentada en la parte trasera del bus mientras el hombre, sentado a su lado, le muestra imágenes explícitas en su teléfono móvil. Según el relato de la víctima, quien prefirió mantener su identidad en reserva, el hombre comenzó a actuar de manera sospechosa desde que subió al vehículo. Mientras estaba en las escaleras del SITP, sacó su celular y comenzó a reproducir videos inapropiados. Al sentarse junto a la joven, incrementó su comportamiento invasivo, acercándose excesivamente e inclinando la pantalla de su dispositivo para obligarla a mirar el contenido.
La víctima, sintiéndose incómoda y vulnerable, decidió actuar con valentía. Sacó su propio teléfono y comenzó a grabar al hombre, gritando para alertar a los demás pasajeros sobre la situación. El acosador, al darse cuenta de que estaba siendo filmado, intentó defenderse con frases como «no es cierto» y «son mentiras», pero la evidencia grabada por la joven era contundente. A pesar de la gravedad del hecho, ninguno de los pasajeros intervino inicialmente, lo que refleja una lamentable indiferencia ante este tipo de situaciones.
Fue solo cuando la joven mostró el video a otras personas en el bus que las mujeres presentes reaccionaron. Con un sentido de solidaridad y justicia, se unieron para reprender al hombre y obligarlo a abandonar el transporte. Este acto colectivo de apoyo fue crucial para que la víctima no se sintiera sola en medio de la terrible experiencia.
Natalia Quevedo, hermana de la víctima y denunciante del caso, fue quien tomó la decisión de compartir el video en redes sociales para visibilizar lo ocurrido y exigir justicia. En sus publicaciones, Natalia expresó su indignación y pidió a las autoridades que actuaran con celeridad para identificar y sancionar al acosador. Además, hizo un llamado a la comunidad para estar alerta y difundir la imagen del presunto agresor, con el fin de evitar que este tipo de situaciones se repitan.
En una de sus publicaciones, Natalia escribió: «Es indignante que esto pase y que este depravado ande por ahí como si nada. Que todo el mundo conozca la cara de este señor y, por favor, tengan mucha precaución». Estas palabras reflejan no solo su enojo, sino también su preocupación por la seguridad de otras mujeres y menores que podrían ser víctimas de este individuo.
Ante la viralización del caso, TransMilenio, el sistema de transporte masivo de la ciudad, se pronunció a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), expresando su rechazo y condena a cualquier acto que comprometa la integridad física y psicológica de los usuarios. Además, informaron que las autoridades competentes ya están investigando el caso para identificar y localizar al presunto acosador. «Rechazamos y condenamos cualquier acto que atente contra la dignidad y seguridad de nuestros usuarios. Estamos colaborando con las autoridades para dar con el responsable y tomar las medidas correspondientes», señaló la entidad.
Este incidente ha generado un amplio debate en redes sociales, donde usuarios exigen mayores medidas de seguridad en el transporte público, así como campañas de concientización para prevenir el acoso y fomentar la intervención de los testigos en situaciones similares. Organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y menores de edad han aprovechado la ocasión para recordar la importancia de denunciar estos hechos y no normalizar comportamientos que vulneran la integridad de las personas.
Este lamentable episodio pone en evidencia la necesidad de fortalecer los protocolos de seguridad en el transporte público y promover una cultura de respeto y protección hacia las mujeres y menores, quienes son frecuentemente víctimas de acoso en espacios públicos. La sociedad espera que las autoridades actúen con celeridad y que este caso no quede en el olvido, sino que sirva como un punto de partida para implementar cambios significativos en la prevención y sanción de este tipo de delitos.
Mujeres junto con la menor sacaron a golpes al acosador del transporte en donde iban.




