Una grave denuncia sacudió este jueves al municipio de Aipe, Huila, luego de que la señora Aura Helena Balanta expusiera públicamente que su hija viene siendo víctima de agresiones por parte de sus compañeros de clase en la Institución Educativa Jesús María Aguirre Charry, sede Ciudadela Educativa. Según la madre, las agresiones ocurren sin que los docentes intervengan, e incluso, en varias ocasiones los niños permanecen solos en el aula sin supervisión alguna.
Aulas solas
De acuerdo con el testimonio de la denunciante, fue ella misma quien comprobó la falta de acompañamiento docente. En un hecho que quedó grabado en video, logró ingresar al salón donde se encontraba su hija y encontró a los menores sin ningún adulto responsable a cargo.
Minutos más tarde, la profesora a cargo ingresó y, lejos de atender la preocupación de la madre, la confrontó y terminó expulsándola del plantel educativo. Ante esta situación, la mujer decidió publicar la grabación en redes sociales como prueba de lo que considera una negligencia grave en la protección de los estudiantes.
Rector responde
El rector de la institución, William López Avilez, respondió al escándalo generado, pero su intervención ha levantado aún más polémica. En un extenso pronunciamiento, el directivo criticó la forma en que los padres de familia ingresan a la institución y advirtió que no está permitido grabar a docentes ni estudiantes sin autorización.
“Tenemos que cuidar la imagen de la institución educativa. No podemos permitir que cualquier situación se grabe y se publique en redes, porque eso daña el proceso y afecta a los niños”, dijo López Avilez. También hizo un llamado a los padres para dirigirse con respeto a los profesores, resaltando que ellos trabajan bajo alta presión y compromiso.
Sin embargo, la respuesta del rector no incluyó detalles claros sobre las medidas que se tomarán frente a las denuncias de maltrato y la aparente falta de supervisión en las aulas, lo que ha generado inconformidad en la comunidad educativa.
Polémica abierta
El caso ha despertado indignación en redes sociales y en el municipio, pues muchos padres consideran que el rector priorizó la “imagen institucional” sobre la seguridad de los niños. Para algunos, el mensaje sonó más a un regaño hacia los acudientes que a una solución frente al problema de fondo: los menores están quedando solos en los salones.
Mientras la madre insiste en que su hija ha sufrido agresiones reiteradas sin que nadie actúe, la comunidad educativa pide una investigación seria y acciones inmediatas. El episodio ha dejado al descubierto un debate de fondo en Aipe: ¿quién está realmente cuidando a los niños dentro de las aulas?



