El Hospital San Rafael de Tunja, bajo la dirección de Germán Pertuz, firmó ayer un acuerdo para establecer una política de cero tolerancias frente al acoso y la violencia de género. La firma se realizó en presencia del gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, y la gestora social Daniela Assis, con el objetivo de crear un ambiente seguro para el personal en formación de la institución.
El evento marcó un hito importante en la protección del talento humano en el hospital, tras una serie de denuncias recientes sobre acoso sexual laboral. Germán Pertuz, gerente del hospital, destacó que se implementará una circular administrativa que prohibirá categóricamente cualquier conducta de acoso.
Esta política se desarrolla en respuesta a las acusaciones contra varios especialistas y directivos del hospital, buscando erradicar comportamientos inapropiados y garantizar un entorno laboral respetuoso. La iniciativa es parte de un esfuerzo mayor para mejorar las condiciones laborales de los más de 1.000 profesionales de la salud en formación en el San Rafael. El acuerdo se enmarca en una preocupación nacional sobre el bienestar del personal médico, especialmente tras un incidente trágico en Bogotá que ha puesto en el centro de la discusión el tema del acoso en el ámbito médico.

Germán Pertuz subrayó que el acuerdo no solo establecerá una prohibición de comportamientos de acoso, sino también medidas concretas para asegurar su implementación efectiva. Carlos Amaya destacó que el objetivo es que el Hospital San Rafael no solo se distinga por su excelencia médica, sino también por su compromiso con un entorno de trabajo respetuoso y seguro. El acuerdo será evaluado durante seis meses, con la intención de presentarlo como una ordenanza departamental para todos los hospitales de Boyacá. La implementación de la política de cero tolerancias frente al acoso y la violencia de género en el Hospital San Rafael de Tunja traerá beneficios notables. Al establecer directrices claras y un protocolo de denuncia, el hospital garantizará un ambiente de trabajo más seguro y respetuoso, lo que fortalecerá la confianza del personal en formación. Esta política contribuirá a una cultura organizacional más saludable y equitativa. Además, servirá como un modelo para otros hospitales, promoviendo estándares más altos de comportamiento profesional y protección en el sector salud.




