El Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que ordena divulgar los archivos del Departamento de Justicia sobre Jeffrey Epstein. La iniciativa ahora pasa al presidente Donald Trump, quien se espera que la promulgue. Este hecho representa un giro notable en su postura, pues durante meses Trump desestimó la publicación de los documentos y llegó a calificar el caso como “aburrido”. El cambio de opinión de Trump ocurrió cuando numerosos republicanos en la Cámara de Representantes anunciaron que apoyarían la divulgación de los archivos. Su modificación de postura abrió la puerta a una votación abrumadora de 427 a 1 en la Cámara y a una rápida aprobación en el Senado. La presión interna dentro de su propio partido fue clave para que Trump diera marcha atrás.
La situación reveló tensiones dentro del Partido Republicano y evidenció la influencia creciente de la base MAGA. Figuras como la congresista Marjorie Taylor Greene, quien se distanció de Trump en este tema, denunciaron que el caso “destrozó a MAGA”. A pesar de los ataques del presidente hacia ella, Greene mantuvo su apoyo a las víctimas y a la publicación de los archivos.
Para muchos republicanos, la transparencia era fundamental. Una encuesta mostró que el 67% de los votantes republicanos apoyaba divulgar los archivos con nombres protegidos. Analistas sostienen que la presión de la base obligó incluso a los aliados más leales de Trump a separarse de él, señalando un giro populista dentro del partido en el que las bases ahora pueden influir significativamente en las decisiones de los líderes.
El tema Epstein se convirtió además en una distracción para la Casa Blanca, eclipsando otras iniciativas como la eliminación de aranceles a productos básicos. Asesores de Trump reconocieron que el debate causaba ruido innecesario. Greene y otros republicanos criticaron a la administración por enfocarse en bloquear la divulgación en vez de atender asuntos más urgentes como el costo de la atención médica.
La semana también evidenció otros desafíos internos para Trump, como la resistencia de legisladores de Indiana a redibujar los mapas electorales pese a su presión. Aunque enfrentó rebeldía en varios frentes, Trump continúa siendo la figura dominante del Partido Republicano. Sus aliados consideran que finalmente será reconocido por permitir la publicación de los archivos, priorizando los resultados sobre el conflicto interno que condujo a ello.




