Maternidad en pausa: qué revela el informe sobre por qué muchas mujeres en Colombia ya no desean ser madres

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Un reciente estudio de la Fundación WWB Colombia, basado en datos del DANE 2024, muestra cómo la reducción de nacimientos en Colombia no responde a una falta de deseo, sino a circunstancias estructurales que afectan seriamente la decisión de tener hijos. Según el informe Ser mujer, madre y sostén del hogar en Colombia: una ecuación desigual, la jefatura femenina de hogar pasó del 36 % en 2015 a casi el 46 % en 2024, alcanzando unos 8,5 millones de hogares liderados por mujeres. Muchas de estas mujeres enfrentan cargas domésticas y de cuidado sin apoyo ni ingresos suficientes.

El informe de la ENDS 2025, que incluyó más de 115.000 hogares de todo el país, confirma que tres de cada cuatro mujeres no quieren tener hijos y solo una de cada seis dice sí desearlo. Además, el 33 % declaró estar esterilizada, en su mayoría mujeres entre 30 y 40 años.

Las razones tras esta decisión son múltiples, como concluyen diversos estudios nacionales:

  • La pobreza persistente y la precariedad laboral minan la estabilidad necesaria para decidir tener un hijo. La falta de acceso a vivienda adecuada y servicios de cuidado infantil dificulta aún más el escenario de la crianza.
  • Muchas mujeres priorizan su desarrollo profesional y formación educativa. La maternidad se percibe como una barrera que puede limitar avances laborales o académicos.
  • La inequidad en el reparto de tareas domésticas y de cuidado refuerza la sensación de que la maternidad recaería casi exclusivamente sobre ellas sin corresponsabilidad masculina.
  • También influye el contexto social y ambiental: el temor a exponer a sus hijos a incertidumbres globales como el cambio climático o violencia social ha llevado a algunas mujeres a cuestionar la maternidad como opción viable.

A nivel demográfico, los nacimientos en Colombia cayeron a 445.011 en 2024, la cifra más baja registrada, lo que equivale a un descenso del 13,7 % respecto al año anterior y del 32,7 % en comparación con 2015. La edad promedio para el primer hijo subió a 24,4 años, y la edad media de maternidad a 27,1 años.

Este fenómeno se inserta en una tendencia global conocida como la “paradoja demográfico‑económica”: a mayor nivel educativo y económico, menor es la tasa de fertilidad. Un patrón común en sociedades urbanizadas que ganan en prosperidad pero pierden impulso natal.

En síntesis, la decisión de no ser madre no es el resultado de una crisis personal o una moda pasajera, sino la consecuencia de entornos adversos y estructuras que limitan profundamente la autonomía. Las mujeres colombianas están renunciando o posponiendo la maternidad no por desinterés, sino porque la ecuación que deben resolver es injusta y costosa: mayores responsabilidades, menos apoyo, oportunidades profesionales en juego y un futuro incierto para criar.

Este cambio social tiene consecuencias profundas: envejecimiento poblacional acelerado, presión sobre pensiones y servicios de salud, y la necesidad urgente de diseñar políticas públicas que impulsen la libertad reproductiva, la corresponsabilidad en el cuidado y condiciones de vida dignas.


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