Consternación y rechazo ha generado entre los habitantes del barrio Bruselas de Florencia, Caquetá, el hallazgo de al menos diez perros muertos en el transcurso de una semana, presuntamente envenenados. Según denuncias de la comunidad, una persona estaría dejando alimentos contaminados en zonas estratégicas como carnada para atraer a los animales y causarles la muerte.
Vecinos del sector alertaron que la situación no solo pone en riesgo a las mascotas, sino también a los caninos que habitan en las calles, muchos de los cuales son alimentados por los mismos residentes. Temen que el envenenamiento continúe si no se identifica y judicializa al responsable.
El alcalde Marlon Monsalve manifestó que convocará una reunión urgente con autoridades competentes para iniciar una investigación exhaustiva. “No podemos permitir que actos de crueldad animal queden impunes; trabajaremos para dar con el responsable”, aseguró el mandatario.
Organizaciones de protección animal recordaron que, aunque la presencia de animales callejeros pueda representar molestias para algunos ciudadanos, existen entidades y procedimientos legales para su control. Actuar por vías de hecho, advirtieron, constituye un delito que podría acarrear penasde hasta tres años de cárcel según el Código Penal colombiano.
La comunidad espera que las autoridades intensifiquen las labores de vigilancia y que se promuevan campañas de sensibilización sobre el cuidado y respeto hacia los animales. El caso ha encendido el debate sobre la necesidad de fortalecer los programas de esterilización y adopción para reducir la población de animales en condición de calle




