Carmen García, presidenta de la Asociación Madres del Catatumbo, dirigió una desgarradora carta al presidente Gustavo Petro denunciando la escalofriante escalada de violencia que está exterminando a toda una generación en esta olvidada región fronteriza.
Ā«Nos están matando a nuestros hijos, nos están quitando lo más sagrado que tenemosĀ», clama la dirigente en una misiva que desnuda la brutal realidad de niños y jóvenes que mueren bajo ataques con drones explosivos, enfrentamientos armados y una violencia sin tregua que ha convertido al Catatumbo en una zona de exterminio.
Las cifras oficiales de la Defensoría del Pueblo revelan la magnitud catastrófica del conflicto: entre enero y abril de 2025, al menos 64.783 personas han sido obligadas a abandonar sus hogares, mientras otras 12.913 permanecen confinadas en sus territorios, prisioneras del terror impuesto por la confrontación entre el ELN y el Frente 33.
Esta guerra fratricida está generando un éxodo masivo que amenaza con despoblar completamente extensas zonas de Norte de Santander, donde las familias campesinas se debaten entre huir de sus tierras ancestrales o enfrentar la muerte a manos de grupos armados que disputan el control territorial con métodos cada vez más sanguinarios.
El llamado desesperado de las madres del Catatumbo evidencia el fracaso de las políticas de paz del gobierno Petro en una región que se ha convertido en el epicentro de una tragedia humanitaria de proporciones devastadoras que parece no tener fin




