Más familias Emebra Katío llegaron a Medellín

La situación de orden público en el Chocó tiene además a 30 comunidades rurales amenazadas por la violencia, que han tenido que permanecer en sus viviendas.
Comunidad Embera - Cortesía
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El pasado domingo 29 de mayo, 20 familias de la comunidad indígena Embera Katío llegaron a Medellín tras huir de la violencia que se vive en el municipio Carmen de Atrato, en Chocó. Según el personero de Medellín, William Vivas, la comunidad tuvo que desplazarse porque los grupos armados irregulares se tomaron el control territorial.

Inicialmente la Personería de Medellín reportó la llegada de 150 personas, pero luego se confirmó que eran 69, entre niños y mujeres. Los indígenas fueron trasladados a un refugio temporal en el que ya se encuentran otras 15 familias de la misma comunidad, que habían llegado a la ciudad el pasado 25 de mayo.

Vivas aseguró en entrevista a Blu Radio que los desplazados provienen del sector El 18 del Carmen de Atrato y tuvieron que salir de la región al ser intimidados. “A ellos se les recibieron las declaraciones de víctimas y se activaron las rutas de atención, logrando su traslado a un albergue de la Alcaldía de Medellín”.

Frente a la llegada masiva de los Embera a la capital antioqueña, la Agencia del Ministerio Público había reiterado que a esta zona del país podían llegar aproximadamente 300 indígenas por los enfrentamientos registrados en la región del Atrato, entre los grupos armados como el ELN y el “Clan del Golfo”, organizaciones que disputan el control territorial, la minería y el narcotráfico en la zona.

La Mesa indígena del Chocó denunció, a través de un comunicado, que solo en los primeros días del mes de mayo, 207 personas pertenecientes a los resguardos del departamento huyeron por la presión y la violencia ejercida por grupos al margen de la ley. Adicionalmente, tres indígenas Embera y un afrodescendiente de Alto Baudó fueron asesinados. En la zona ya hay un seguimiento por parte de la Defensoría del Pueblo.

La situación de orden público en el Chocó tiene además a 30 comunidades rurales amenazadas por la violencia, que han tenido que permanecer en sus viviendas. La Defensoría del Pueblo habló al respecto y afirmó que más de 4.000 personas “están secuestradas”, mientras la organización delincuencial toma el control de la zona para afianzar sus rentas ilegales.


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