El Marsella dejó una imagen competitiva en su visita al Santiago Bernabéu, aunque finalmente cayó 2-1 frente al Real Madrid. Pese a la derrota, el conjunto francés mostró orden táctico, intensidad y una notable superioridad en la circulación de balón, lo que le permitió dominar varios tramos del encuentro.
Uno de los aspectos más destacados fue la posesión. Con un 56%, los visitantes consiguieron imponer su estilo de juego frente a un Madrid que apenas tuvo el 44% del balón. Este dato se reforzó con los 470 pases completados por el equipo marsellés, con una precisión del 92%, cifras que demuestran el control y la paciencia en la construcción del ataque.
La apertura del marcador llegó gracias a Timothy Weah al minuto 22, un gol que reflejó la efectividad de las transiciones del Marsella. Aunque el rival empató poco después de penalti, el cuadro galo no perdió la calma y continuó fiel a su idea de tocar y mover la pelota con seguridad, generando incomodidad en la defensa blanca.
En cuanto a disciplina defensiva, los franceses lograron mantenerse sin expulsiones y con solo dos tarjetas amarillas, a diferencia del rival que recibió tres amonestaciones y una tarjeta roja. Este factor le permitió al Marsella mantener una estructura sólida hasta el final, incluso cuando el Real Madrid buscaba romper líneas con rapidez.
El ataque también tuvo momentos de protagonismo, con 15 remates, cinco de ellos directos al arco. Aunque las cifras son menores que las del rival, la calidad de las llegadas permitió mantener viva la esperanza de empatar incluso tras el segundo penalti convertido por Kylian Mbappé.
El Marsella también se mostró más astuto en el uso de las posiciones adelantadas, forzando tres fuera de lugar contra apenas uno del adversario. Esto refleja la capacidad de la defensa para anticipar y cortar jugadas en campo propio, un detalle clave que evitó un marcador más amplio en contra.
A pesar del resultado adverso, el balance estadístico habla bien del esfuerzo del Marsella. Más posesión, más precisión en los pases y una solidez táctica que solo fue doblegada por dos acciones puntuales desde el punto penal. Con estas credenciales, el conjunto francés se reafirma como un rival incómodo en la Liga de Campeones y con argumentos para dar pelea en los próximos compromisos.




