María Corina Machado, la mujer que revivió la esperanza en los venezolanos que quieren un cambio y que ganó el premio Nobel de la Paz 2025

La opositora venezolana María Corina Machado se convirtió este viernes en la ganadora del premio Nobel de la Paz 2025.
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El Comité Noruego del Nobel otorgó el Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado, reconociendo su perseverancia en la defensa de los derechos democráticos y su lucha por una transición pacífica hacia la democracia en Venezuela. A lo largo de los años, Machado se consolidó como la principal figura de la oposición al régimen de Nicolás Maduro, enfrentando persecuciones, prohibiciones y una constante campaña de desprestigio por parte del gobierno. A pesar de ello, su determinación la convirtió en símbolo de resistencia y esperanza para millones de venezolanos.

Durante los años 2023 y 2024, Machado recorrió el país en condiciones adversas, incluso enfrentando ataques y obstáculos impuestos por las autoridades. En medio de denuncias de fraude electoral, lideró una estrategia paralela de conteo de votos que reveló las irregularidades en los comicios donde el Consejo Nacional Electoral declaró vencedor a Maduro. Su liderazgo reavivó la fe en el cambio político y movilizó a una oposición que por años había estado fragmentada y desmoralizada.

Su carrera política, marcada por la coherencia y el coraje, se remonta a su llegada a la Asamblea Nacional en 2010. Desde entonces, fue una figura polémica pero firme, que denunció la dictadura chavista, rechazó el diálogo con el régimen y promovió la movilización ciudadana. Su postura radical le valió tanto críticas de sectores opositores como admiración del pueblo, que la apodó “la dama de hierro” por su carácter indoblegable y su decisión de permanecer en el país pese a las amenazas de arresto.

En los últimos años, Machado logró conectar profundamente con el pueblo venezolano, apelando no solo a la razón política sino también a la emoción colectiva. En sus recorridos, multitudes la recibían con afecto y devoción, viéndola como madre, hija o abuela, y símbolo de fe y resistencia. Esa conexión humana y espiritual fortaleció su liderazgo y rompió con la figura tradicional del caudillo, dando paso a una forma de liderazgo empático, firme y cercano.

Finalmente, el reconocimiento del Premio Nobel de la Paz consagró a Machado como una figura histórica, no solo por su papel en la lucha contra el autoritarismo, sino también por haber inspirado un movimiento de esperanza democrática en Venezuela. Doce años después de ser despreciada por Hugo Chávez en la Asamblea Nacional, la “mosca” se convirtió en “águila”, en palabras del propio destino político que la colocó en el centro del corazón del pueblo venezolano y en el escenario mundial como símbolo de libertad y perseverancia.


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