El sábado 15 de noviembre de 2025, miles de personas —bautizadas bajo la etiqueta de Generación Z México— se congregaron en Ciudad de México y otras ciudades para marchar con consignas como “¡Fuera Morena!” y “¡Fuera Claudia!”, dirigiendo su descontento directamente hacia el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, así como hacia el partido oficialista Morena.
Lo que comenzó como una movilización convocada por jóvenes desencantados con la violencia, la corrupción y la impunidad, terminó en disturbios: en el Zócalo capitalino, un grupo identificado como el “bloque negro” logró derribar con martillos las vallas que protegían al Palacio Nacional, según reportaron medios y fotografías.
Origen y motivaciones
La protesta parte de un hartazgo profundo. Los manifestantes señalan que la violencia criminal, las desapariciones y la corrupción siguen siendo problemas sin resolver bajo la administración de Sheinbaum. Muchos hicieron énfasis en las cifras: más de 133,000 desaparecidos en México, así como un promedio de casi 60 asesinatos al día, de acuerdo con denunciantes.
Otro detonador concreto fue el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ocurrido el 1 de noviembre, que se ha convertido en símbolo para muchos marchistas. Por eso también se escucharon gritos como “¡Viva Carlos Manzo!” durante la marcha.
Desarrollo de la movilización
El recorrido original comenzó en el Ángel de la Independencia y concluyó en el Zócalo, frente al Palacio Nacional, donde se montaron vallas metálicas para contener la protesta. Pero en el clímax de la manifestación, un grupo encapuchado usó martillos para golpear y derribar esas barreras de seguridad.
Aunque diversos medios reportan que marcharon principalmente jóvenes, la presidenta Sheinbaum cuestionó ese punto. Según ella, “había muy pocos jóvenes” durante la protesta, sugiriendo que otros grupos la infiltraron.
¿Quiénes participaron?
Aunque la convocatoria original se presenta como un movimiento apartidista de la juventud, la marcha también atrajo a estudiantes, campesinos, ciudadanos preocupados por la seguridad y la impunidad, y miembros de partidos de oposición. En medios como El Siglo de Torreón se reportó que algunos analistas apuntan a una posible “campaña financiada” o con organización política detrás, algo que niegan los activistas del colectivo que aseguran no tener líderes partidistas claros.
Reacciones y consecuencias
- La presidenta Sheinbaum condenó los actos violentos y defendió que la protesta no fue puramente juvenil, sino que habría sido capturada por intereses externos.
- Por su parte, los manifestantes defendieron su legitimidad y, en varios momentos, gritaron “¡No somos bots!”, respondiendo a acusaciones de manipulación digital.
- A nivel nacional, la protesta también se replicó en otras ciudades: en Monterrey, por ejemplo, se reportaron manifestantes pidiendo “destitución” y “revocación” del mandato de Sheinbaum.
Interpretación más amplia
Para muchos analistas, esta marcha simboliza un punto de inflexión: la Generación Z mexicana, idealizada como un sector más politizado, desligado de estructuras tradicionales, y con una voz fuerte frente a la violencia y la impunidad, ha irrumpido en el espacio público nacional. Sin embargo, su autenticidad como movimiento exclusivamente juvenil es debatida. Para algunos existe un riesgo de que sea instrumentalizado por fuerzas políticas; para otros, es una señal clara de que el descontento social está mutando.
Además, la simbología usada por los manifestantes (como banderas de One Piece) revela una estética particular y contemporánea, cercana a la cultura pop, que hace que la protesta tenga resonancia entre las nuevas generaciones, pero también la vuelve más visible para medios y para el poder.
Finalmente, esta marcha pone sobre la mesa un verdadero dilema para el Gobierno de Sheinbaum: el equilibrio entre permitir la libertad de expresión y lidiar con manifestaciones que, más allá de carta de juventud, pueden consolidarse como un movimiento ciudadanista potente con implicaciones políticas reales.




