En los últimos años, y con mayor fuerza en 2025, el movimiento de boicot contra Israel (BDS: Boycott, Divestment and Sanctions) ha ganado impulso en el ámbito deportivo y empresarial, convirtiéndose en una plataforma de protesta contra las acciones del Estado israelí en Gaza y los territorios palestinos ocupados. Marcas reconocidas y eventos internacionales han tomado decisiones significativas que reflejan un distanciamiento progresivo de Israel en respuesta a las denuncias de violaciones a los derechos humanos.
Las marcas deportivas han sido protagonistas centrales de este proceso. Adidas fue una de las primeras multinacionales en dar un paso al costado. Tras la presión de más de 130 clubes palestinos y 16.000 firmas entregadas en su sede, la empresa alemana decidió en 2018 finalizar su patrocinio a la Asociación de Fútbol de Israel (IFA), señalando que varios equipos jugaban en asentamientos ilegales ubicados en territorio palestino ocupado. Además, se retiró como patrocinador de la Maratón de Israel porque la ruta atravesaba dichos asentamientos.
Luego, Puma ocupó el lugar de Adidas como patrocinador de la IFA, pero la presión internacional también la alcanzó. Campañas lideradas por BDS acusaron a la marca de ser cómplice de los crímenes israelíes y de legitimar la ocupación ilegal. La magnitud del rechazo provocó que clubes internacionales, universidades y equipos británicos como el Luton Town, Forest Green Rovers, Chester FC y Liverpool FC rompieran vínculos con la empresa. Finalmente, Puma abandonó el patrocinio tras cinco años.
En 2024, Erreà, marca italiana, firmó un contrato con la IFA para convertirse en patrocinador en 2025. Sin embargo, ante la presión de la opinión pública y el temor a ser vista como legitimadora de las acciones de Israel, la empresa canceló el acuerdo antes de que la alianza se materializara. Actualmente, se especula que Reebok podría ser la siguiente en retirarse, aunque la compañía negó oficialmente haber ordenado eliminar sus logos de las camisetas de la selección israelí.
En cuanto a los eventos deportivos, también han sido escenario de manifestaciones y decisiones políticas. En la Vuelta a España 2025, simpatizantes de la causa palestina utilizaron varias etapas para protestar contra la presencia del equipo Israel Premier Tech. A nivel institucional, la ONU ha instado a organismos como la FIFA y la UEFA a expulsar a Israel de grandes competiciones internacionales, incluyendo eliminatorias al Mundial de 2026 y torneos europeos como la Champions League.
Más recientemente, el Giro dell’Emilia 2025 en Italia retiró la invitación al Israel Premier Tech, con el argumento de que su participación podría poner en riesgo la seguridad de la competencia, de los demás equipos y de la ciudadanía.
En conclusión, el boicot contra Israel se ha consolidado en el terreno deportivo y empresarial, no solo como una estrategia económica, sino como un canal de denuncia política y humanitaria. Las marcas y los eventos que han cortado vínculos con Israel representan un creciente rechazo internacional a sus políticas, lo que podría intensificarse si nuevas compañías y federaciones deportivas se suman a esta presión global.




