Mano dura a motociclistas

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Las autoridades locales desplegaron este fin de semana un amplio operativo contra las caravanas motorizadas que recorren las calles de Florencia, una práctica que en los últimos meses ha generado preocupación por los desórdenes y maniobras peligrosas que afectan la seguridad vial. La acción, liderada por la Secretaría de Tránsito y Transporte, en cabeza de Carlos Humberto Mora, se desarrolló junto con la Policía Nacional en varios puntos estratégicos de la ciudad y vías de acceso, logrando la inmovilización de varias motocicletas por incumplir las normas de tránsito. El secretario Mora destacó que estos operativos buscan “recuperar la tranquilidad en las vías y prevenir tragedias”, subrayando que la prioridad es garantizar la seguridad de los conductores y peatones. La medida, según explicó, forma parte de un plan integral que se aplicará de manera constante para desarticular las caravanas que, en ocasiones, terminan alterando el orden público y poniendo en riesgo a toda la comunidad.

Comunidad se pronuncia

No obstante, desde la ciudadanía persisten voces críticas. Algunos habitantes consideran que estas intervenciones son reactivas y se concentran únicamente en sanciones, sin atender de fondo la problemática social que alimenta la proliferación de caravanas, en su mayoría protagonizadas por jóvenes. “Está bien que inmovilicen motos, pero también deberían proponer espacios de integración y recreación seguros, no solo castigar”, expresó un residente del barrio Juan XXIII. Otros cuestionan la falta de continuidad en los operativos y aseguran que, tras unos días de controles, las caravanas vuelven a las calles con mayor fuerza. Para muchos, la ausencia de campañas pedagógicas sostenidas y la débil infraestructura vial de Florencia agravan el fenómeno, por lo que la acción de la Secretaría de Tránsito, aunque necesaria, resulta insuficiente.

La administración municipal insiste en que estos operativos son fundamentales para imponer autoridad y generar conciencia en los motociclistas. Sin embargo, el debate sigue abierto: mientras las autoridades defienden los resultados, la comunidad exige mayor coherencia, soluciones preventivas y una estrategia a largo plazo que logre equilibrar control, pedagogía y oportunidades para los jóvenes motociclistas.


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