El 7 y 8 de octubre miles de personas salieron a las calles en Bogotá y otras ciudades colombianas para expresar solidaridad con Gaza y exigir al gobierno colombiano un rompimiento completo de lazos económicos con Israel.
La movilización fue liderada por el Frente de Acción por Palestina, conformado por más de 130 organizaciones, y exigió al Estado acciones concretas como sanciones comerciales y presión diplomática. Se realizaron pancartas, concentraciones frente a embajadas y llamados al boicot de empresas con vínculos con el gobierno israelí.
En Bogotá la marcha transcurrió principalmente de forma pacífica, mientras en ciudades como Medellín se registraron enfrentamientos menores entre manifestantes y la fuerza pública. El Presidente Gustavo Petro respaldó las manifestaciones, aunque fue objeto de críticas desde sectores de la oposición que lo acusan de politizar la causa.
Además, las protestas pusieron a la ANDI (Asociación Nacional de Empresarios) en el ojo del huracán, con denuncias de supuestos vínculos comerciales con entidades israelíes.
Esta ola de movilización refleja no solo un acto de solidaridad internacional, sino también un canal de expresión hacia un electorado joven demandante de posicionamientos morales y globales.




