San Pedro 2025 brilló con fuerza en Neiva, Palermo y Garzón, consolidándose como motor cultural y económico. Germán Casagua, alcalde de Neiva, redujo palcos comerciales para devolver espacio al público, mientras Rodrigo Villalba, gobernador del Huila, activó el “Plan Candado” garantizando seguridad en escenarios masivos. Kleiver Oviedo en Palermo y José Alirio Peña en Garzón, por su parte, destacaron por desfiles coloridos, innovadores y una agenda cultural que dinamizó la economía local. Se calcula que el festival dejó una derrama económica superior a los $90.000 millones, con miles de visitantes abarrotando conciertos, ferias gastronómicas y eventos culturales.
Desórdenes
Pero tras la fiesta, el saldo dejó grietas profundas. En Neiva, las riñas alcanzaron 126 casos y se reportaron 38 muertes viales, muchas relacionadas con el consumo excesivo de alcohol. En Palermo y Garzón, la ciudadanía denunció acumulación de basura, palcos ilegales y fallas en el control de eventos. El accidente de un caballo durante una cabalgata y la cancelación del show “La Combinación Perfecta 6” elevaron las críticas por la falta de planeación.
Desafíos
Los mandatarios enfrentan ahora el reto de blindar la logística, mejorar la cultura ciudadana y garantizar un festival seguro y sostenible. La comunidad exige menos improvisación y más compromiso, para que el San Pedro no solo sea espectáculo, sino ejemplo cívico y ambiental. Se requieren campañas educativas, mayor control a empresas privadas, inclusión real de colectivos artísticos locales y auditorías públicas a los convenios culturales, para evitar repeticiones de errores ya cometidos. La transparencia y la participación serán clave para recuperar la confianza ciudadana y proyectar un San Pedro más consciente, respetuoso del entorno y fiel a sus raíces huilenses.
