Hubo incertidumbre y también críticas cuando Pep Guardiola llegó a la Premier League, dividiendo opiniones en el fútbol inglés. Especialmente después de que el catalán cerrara su primera temporada al frente del Manchester City sin títulos. Se cuestionaba si su estilo de juego basado en el toque funcionaría en Inglaterra. Parecía que los Citizens no podrían sobresalir sin enfocarse en los aspectos físicos del juego.
Manchester City, campeón de Inglaterra
Guardiola tomó nota, y ocho años más tarde, la opinión general es unánime. El domingo se convirtió en el primer entrenador en la historia en ganar la liga inglesa cuatro temporadas seguidas. Un logro legendario. Sumó su sexto título en ocho años, colocándose solo por detrás de Sir Alex Ferguson, quien ha ganado trece.
A Guardiola le hablaron maravillas sobre un joven de la cantera que pronto destacaría en el primer equipo. Phil Foden ha pasado de ser una promesa a ser una realidad consolidada. Brilla con luz propia, tanto en la selección como en un Manchester City repleto de jugadores de primer nivel. El centrocampista de 23 años lideró la victoria que aseguró la décima liga para su equipo, superando al Everton y convirtiéndose en el cuarto club con más títulos de liga en Inglaterra.
Los Citizens dependían de sí mismos y salieron al campo con la determinación y el dominio que les caracterizan. Apenas 79 segundos después del inicio, ya estaban por delante en el marcador. La presión en el área rival dio sus frutos y Bernardo encontró a Foden en el balcón, quien con un control magistral y un disparo sublime desde la frontal marcó el 1-0. No hubo respiro. El City continuó dominando y en el minuto 18, Foden aumentó la ventaja. Haaland intentó ampliar el marcador, pero no tuvo éxito.
El West Ham despertó después de 40 minutos de juego y trató de poner en aprietos al City. En un saque de esquina, Kudus marcó con una chilena espectacular. Tras el descanso, el objetivo del City era claro: ampliar su ventaja. Rodri anotó el cuarto gol para calmar los nervios. El Manchester City celebró su título con una victoria contundente, reteniendo el título de la Premier League por cuarta vez consecutiva.
