El asesinato de Miguel Uribe Turbay, senador y precandidato presidencial, volvió a encender las alarmas sobre la seguridad de los líderes políticos en Colombia. El 11 de agosto, tras pasar dos meses en cuidados intensivos, murió a causa de un atentado ocurrido el 7 de junio en Bogotá. Magnicidios que estremecieron a Colombia: Muerte de políticos en el país.
Uribe Turbay, con 39 años, se sumó a la lista de ocho aspirantes a la Presidencia que han perdido la vida de manera violenta en la historia del país. Este nuevo crimen reaviva el doloroso registro de magnicidios que han marcado el rumbo político colombiano.
Durante más de un siglo, Colombia ha vivido crímenes contra figuras clave del poder. Entre las víctimas figuran periodistas, ministros, senadores y candidatos presidenciales. Todos murieron en medio de tensiones políticas, guerras partidistas, narcotráfico y conflictos armados, lo que demuestra que la violencia política sigue latente.
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De Gaitán a Galán: magnicidios que estremecieron a Colombia
El 9 de abril de 1948, un sicario asesinó a Jorge Eliécer Gaitán y desató el Bogotazo. Esta revuelta dejó miles de muertos y abrió una etapa de violencia política sin precedentes. Gaitán, líder liberal y favorito para la Presidencia, recibió varios disparos en pleno centro de Bogotá.

Cuatro décadas después, el 18 de agosto de 1989, sicarios acabaron con la vida de Luis Carlos Galán Sarmiento en Soacha durante un acto político. Su firme postura contra el narcotráfico lo enfrentó directamente con Pablo Escobar y sus aliados.

Entre ambos hechos, en 1984, pistoleros asesinaron a Rodrigo Lara Bonilla, ministro de Justicia que había denunciado los nexos entre la política y el narcotráfico. Su crimen se convirtió en uno de los primeros golpes letales ordenados directamente por los carteles de la droga.
La Unión Patriótica y los años más sangrientos
La década de 1990 comenzó con un baño de sangre electoral. En menos de un año, sicarios asesinaron a tres candidatos presidenciales: Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro Leongómez. Todos lideraban movimientos políticos nacidos de procesos de paz y todos fueron silenciados por la violencia política.

En 1987, mataron a Pardo Leal, presidente de la Unión Patriótica. Tres años más tarde, Jaramillo Ossa corrió la misma suerte en el aeropuerto de Bogotá. Apenas un mes después, un sicario disparó contra Carlos Pizarro, excomandante del M-19, mientras viajaba en un avión.

En 1995, las balas alcanzaron a Álvaro Gómez Hurtado, líder conservador y férreo opositor del gobierno de Ernesto Samper. El crimen permaneció sin resolverse durante más de dos décadas, hasta que las extintas Farc se adjudicaron la autoría. Sin embargo, la familia del político insiste en que existieron otros responsables.

Hoy, Colombia sigue contando muertos en su historia política. Ocho candidatos presidenciales han caído bajo las balas por motivos que van desde disputas ideológicas hasta la presión del narcotráfico. La violencia política no se detiene, las heridas permanecen abiertas y la memoria colectiva exige justicia.
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