El presidente venezolano Nicolás Maduro anunció desde Caracas la activación del “Ejercicio popular, militar y policial de despliegue de fuerza Independencia 200”, en respuesta a la llegada del portaaviones estadounidense USS Gerald Ford al mar Caribe. Este buque, considerado el más poderoso de la Armada de Estados Unidos, se unió a otras embarcaciones desplegadas en la región con el objetivo declarado de reforzar las operaciones contra el narcotráfico y el cártel de los Soles, una organización vinculada a altos mandos del régimen venezolano.
Visiblemente irritado, Maduro calificó la presencia militar estadounidense como una provocación y denunció lo que describió como “14 semanas de locura criminal imperial y guerra psicológica permanente” por parte de Washington. Según el mandatario, estas acciones forman parte de una estrategia de hostigamiento contra Venezuela y buscan desestabilizar al país tanto política como militarmente.
Durante su discurso, Maduro aprovechó para exhibir la capacidad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), destacando su estructura compuesta por medios “aéreos, terrestres, navales, fluviales y misilísticos”. También subrayó la incorporación de la Milicia Bolivariana y de los cuerpos de seguridad ciudadana como parte esencial del dispositivo de defensa nacional.
El mandatario presentó además los comandos de defensa integral, unidades conformadas por militares, funcionarios del chavismo y civiles dispuestos a participar en la “lucha armada” en caso de un conflicto. Este componente popular, según Maduro, simboliza la unión entre el pueblo y las fuerzas armadas para resguardar la soberanía nacional frente a amenazas extranjeras.
En su mensaje, insistió en que Venezuela se encuentra lista para responder “en cualquier terreno y bajo cualquier circunstancia”, reiterando su disposición a enfrentar cualquier intento de intervención o agresión militar. Maduro buscó proyectar una imagen de fortaleza y cohesión nacional frente a la presión internacional.
Finalmente, el ejercicio “Independencia 200” fue presentado como una demostración de poder y autodeterminación, enmarcada en el discurso oficial de resistencia frente al “imperio estadounidense”. Con ello, Maduro pretende reforzar el mensaje de unidad interna y enviar una advertencia a los países que, según él, buscan socavar la estabilidad y la soberanía de Venezuela.
